Todos tenemos nuestros trucos a la hora de hacer patatas. Ya sean fritas, asadas, en puré o cocidas, todas ellas guardan pequeños secretos para conseguir que un resultado perfecto.

Un buen truco para conseguir unas patatas asadas perfectas es envolverlas en papel de aluminio y meterlas así al horno

Si vamos a preparar una guarnición de patatas al horno, por ejemplo, es habitual que muchas de ellas se hagan por fuera pero no terminen de estar listas por dentro. Para conseguir un interior jugoso con un exterior crujiente, el truco está en hacer un poco las patatas, ya sea en la sartén o cocidas.

Si no están troceadas, hay que cortarlas y untarlas con un poco de aceite o con la misma salsa del alimento que vayan a acompañar, como carne o pescado, y se meten al horno. De esta forma conseguiremos unas patatas doraditas por fuera y jugosas por dentro. Aunque si  no se busca ese toque crujiente, no hace falta el aceite. Es importante añadir la sal una vez estén listas, ya que si se echa antes las patatas se secarán y no conseguiremos el efecto deseado.

Pero si lo queremos son unas patatas enteras asadas, también hay truco. El punto perfecto de estas patatas es aquel que se consigue cuando la patata queda hecha por dentro y con la piel bien crujiente (ya que se suelen hacer con piel). El problema es que en muchas ocasiones o bien el interior no termina de hacerse o la piel no queda crujiente.

Para que queden perfectas ,un truco infalible es realizar un corte en cruz en el extremo de la patata que quede mirando hacia arriba, con una profundidad que llegue hasta la mitad de la patata o un poco menos.

Además del corte, si nos queremos asegurar un buen exterior, un truco es envolver las patatas con papel de aluminio para introducirlas al horno y que el papel contribuya así a su elaboración. Este método es muy utilizado también para hacer patatas en las brasas de las barbacoas. Basta con envolver las patatas e introducirlas entre las brasas.

Trucos para un puré de patatas de premio

En cuanto al puré de patata, también tiene truco. Si se quiere evitar que quede gomoso y conseguir una textura esponjosa y suave, lo mejor es triturar las patatas a mano, ya sea con la ayuda de un pasapurés o un tenedor. Con un poco de leche y aceite quedará perfecto.