No hay nada más fácil que cocinar unas pechugas de pollo, pero eso no quiere decir que haya que tirarlas en la sartén de cualquier forma. Parándonos a pensar un minuto, podemos idear increíbles versiones con alimentos que tenemos en casa y que dan un giro radical a una triste pechuga.
Cocinar las pechugas con unas verduras y hacer una crema con ellas es una buena alternativa
Una forma fácil y sabrosa de transformar las pechugas empanadas es rellenándolas con mozarella y tomates secos. Para cocinar esta receta se necesitan filetes de pechuga bien finos o la pechuga abierta por la mitad como un libro.
Se coloca una rodaja de queso y tomate seco en medio de dos filetes finos o en la apertura de la pechuga, se fijan con la ayuda de palillos, y se embadurnan con huevo y pan rallado. Cuando estén bien cubiertas, se pasan por aceite muy caliente y listo. Unas hierbas aromáticas como orégano o albahaca serán el remate perfecto.
Los rollitos de pechuga de pollo rellenos de espinacas, piñones y queso crema o ricota son otra de las maneras más populares de darles un giro a las pechugas de pollo. Para cocinar esta receta basta con colocar los filetes de pechuga bien finos extendidos, untarles la superficie con el queso, poner las hojas de espinaca y los piñones, y enrollar las pechugas. Se pueden freír directamente así o, una vez se tenga el rollo, se puede cortar en aros de dos dedos de ancho, así conseguiremos un picoteo templado diferente.
Otra forma de cocinar pechugas de pollo
Pero cocinar pechugas de forma diferente no consiste solo en rellenarlas y es que podemos hacer de ellas el propio relleno. También en forma de rollito, basta con rellenar la pechuga con jamón y queso, ponerle debajo una tira de bacon y enrollarla. Se fija el rollito con un palillo y se mete a la sartén o al horno. La clave de esta receta es añadir un toque picante, ya sea con aceite aromático o sazonador en polvo.
¿Y para comer con cuchara? No solemos asociar las pechugas de pollo con los platos de cuchara, pero lo cierto es que se puede elaborar una sabrosa crema de verduras con pechugas. Se funde mantequilla en una olla, se añade harina y se cocina a fuego suave, se vierte caldo de pollo o un poco de agua y se echan las verduras al gusto y las pechugas.
Cuando esté, listo se añade un poco de leche y nata, y cuando esté todo en su punto, se tritura. A la hora de presentar, se decora con picatostes y cebollino.