Conservar las hierbas aromáticas en buenas condiciones para tenerlas siempre a mano es difícil. Y es que lo cierto es que su vida dura pocas horas o días tras ser cortadas de la tierra. Para poder conservarlas más tiempo la clave está en controlar su humedad, para lo que podemos ayudarnos de ciertos trucos.
Envolver en papel húmedo las hierbas aromáticas nos ayuda a conservarlas durante más tiempo
Una buena forma de conservar nuestras hierbas aromáticas es colocarlas en agua, como haríamos con un ramo de flores. Lo primero es limpiar bien los tallos y hojas con agua fría, con cuidado de que no se rompan.
Una vez hayamos eliminado todos los posibles restos de tierra, suciedad e insecticidas, secamos bien las hierbas con ayuda de papel de cocina. Y cuando estén secas cortamos el comienzo del tallo, lo que les ayudará a absorber mejor el agua. Se debe tener cuidado de dejar la suficiente longitud como para que las hojas queden fuera del baso o jarrón, de forma que no se aplasten.
Por último, se envuelve la planta con una bolsa de plástico dejando espacio, sin aplastar las hojas, y se fija al jarrón con una goma.
Otra forma de conservar las hierbas aromáticas es utilizando servilletas de papel. Para ello se humedecen bien dos o tres secciones de papel, que tengan un tamaño suficiente como para poder envolver las plantas. El papel debe estar húmedo pero no chorrear, ya que un exceso de agua podría provocar también que se estropeen de forma prematura.
Una vez enrolladas se introducen en un tupper o bolsa hermética, lo que les puede ayudar a mantenerse en perfectas condiciones hasta tres semanas.
También en el congelador
Hay un sinfín de formas para conservar durante más tiempo las hierbas aromáticas en buenas condiciones. En este caso, el tercer truco que os proponemos es recurrir al congelador.
Pero para que las hojas no se estropeen es importante hacerlo bien y teniendo cuidado. Para ello, se retiran las hojas del tallo, se pasan por agua fría, se secan bien y se introducen en los huecos de la hieleras.
Por último se terminan de rellenar los huecos con agua y se congelan. Con este método se consiguen conservar las hierbas aromáticas incluso por meses.