Las trenzas de hojaldre son sorprendentes, poco laboriosas y perfectas para ofrecer un plato diferente en una cena de amigos, sean cuales sean sus gustos y preferencias.

Las trenzas de hojaldre saladas son sencillas de preparar y siempre tienen resultados sorprendentes

Desde verduras, huevo o carne hasta pescado, cualquier ingrediente es susceptible de convertirse en el relleno de una trenza. Si se quiere apostar por la trenza de hojaldre como picoteo o entrante, una buena opción es hacer de la verdura la gran protagonista. Puede ser una trenza de espinacas con queso crema y frutos secos, una trenza de pimientos y tomate o incluso un relleno típico de fajitas o burritos.

Su preparación consiste en colocar el hojaldre cuadrado y dividirlo en tres partes iguales con dos rayas imaginarias paralelas. En la parte del centro se colocan los ingredientes y en las franjas laterales se hacen cortes desde la línea hasta el borde, cada 5cm aproximadamente, a modo de ‘flecos’.

Una vez colocado el relleno, se cubre alternando una tira de un lado y otra del otro, para conseguir ese efecto óptico de trenza. Y cuando se ha terminado de trenzar, se pinta la superficie con un poco de huevo y se mete al horno. No hay un tiempo exacto, ya que cada horno es un mundo y el relleno condiciona bastante la cocción, por lo que lo mejor es ir controlando que se hace bien tanto el hojaldre superior como el de la base con la ayuda de un cuchillo o tenedor.

En cuanto al relleno, al fin y al cabo depende de la imaginación y gustos de cada uno. Una receta muy sencilla y con la que uno se queda bien saciado consiste en colocar queso en lonchas en la base y añadir después lonchas de jamón o pavo, rodajas de tomate y calabacín cortado muy fino. El resultado es una trenza muy jugosa y sabrosa, aunque en esta receta hay que controlar especialmente el hojaldre inferior, ya que los ingredientes desprenden agua, y es difícil de controlar el punto perfecto de cocción de la masa.

Trenza salada como plato principal

Las trenzas saladas de carne son toda una sorpresa, ya que lo habitual es presentar un plato principal de carne o pescado, pero si lo escondemos en la trenza conseguimos un efecto diferente con poco esfuerzo.

La trenza de pollo al curry, por ejemplo, es muy exótica. Lo importante es preparar bien la mezcla, cortando el pollo en trozos pequeños y haciéndolo en la sartén con la salsa de curry y las verduras que queramos. Aquí hay que tener cuidado de que la salsa no sea demasiado líquida; si no, romperá el hojaldre. Además se puede dejar salsa aparte para decorar después la preparación.

A modo de versión del conocido solomillo Wellington, se puede apostar también por rellenar la trenza con esta carne.