Convierte la salsa de tabasco en tu mejor aliada a la hora de aderezar tus platos y dar un toque de intensidad, picante y originalidad a recetas de pescados, carnes, verduras o incluso postres. Aunque su nombre procede del estado mexicano de Tabasco, es un alimento de origen estadounidense creado en el siglo XX por Edmund McIhenny en Louisana.
La salsa tabasco tiene cuatro variedades y todas se caracterizan por su intensidad y picante
La salsa tabasco se ha ido modernizando a través de los años, y en la actualidad cuenta con cuatro variantes del mismo producto, dependiendo de su intensidad y de la combinación de sabores.
La salsa tabasco original es la combinación de chiles rojos envejecidos con vinagre y sal. Esta salsa es ideal para dar un toque de picor a las recetas más básicas o tradicionales. También se suele utiliza para preparar Bloody Marys.
Otra de las versiones más conocidas es la salsa tabasco con pimientos verdes jalapeños, que contiene tres tipos de ajíes (pimienta Cayenne, Tabasco Pepper y Red Jalapeño) además de un toque de ajo. Su sabor, en comparación con el resto, es el más delicado y menos intenso.
La salsa tabasco habanero es producida con el famoso chile Habanero de Jamaica. Se presenta como la combinación del chile más picantes del mundo con mango, papaya, tamaringo, plátano, jengibre y pimienta negra, siendo su resultado una salsa con un sabor más exótico, frutal y ardiente.
Por último, estaría la salsa tabasco ahumada o Chipotle, que es la mezcla de dos tipos de chiles el Chipotle y el Red Jalapeño su intensidad es media. Es una salsa especialmente indicada para preparar comidas a la barbacoa.
Para disfrutar de su intensidad
Si lo que buscas es una salsa con un toque picante y original, la salsa barbacoa es el aderezo ideal para los platos de carne o unos nachos alternativos. Su preparación consiste en pelar y picar el ajo y la cebolla, y ponerlos a freír en una sartén con la mantequilla y el aceite. Después, deberemos añadirle puré, pasta de tomate, mostaza y azúcar moreno para removerlo y cocerlo durante 20 minutos.
Al final, se le añade unas gotas de salsa de tabasco, unas cuantas semillas de guindilla y sal para revolverlo todo hasta que se mezclen los ingredientes, y por último, procesar toda la mezcla por la licuadora.