Mantequillas de sabores

Las mantequillas de sabores están siempre listas para hacerse unas tostadas [Foto: diariovasco.com]

Variedades

Descubre un universo de mantequillas de sabores

Existen infinitos tipos de mantequillas de sabores, tantas como alcance tu imaginación; dulces como la de cacahuete o fresas, y saladas como la de hierbas, mostaza, roquefort, de ajo perejil o incluso de aguacate

diariovasco.com | 12/03/2018 |

Preparar mantequillas de sabores es una buena idea si queremos dar sabor a nuestros platos sin necesidad de echarles salsa. Además, lo bueno de este alimento es que se mantiene en buenas condiciones durante mucho tiempo en el frigorífico, por lo que la podemos guardar y tener lista siempre para tostadas, bocadillos o sándwiches, o incluso platos más elaborados como carnes, pastas o pescados.

Las mantequillas de sabores como roquefort o ajo son perfectas para platos de pasta y carne

Para preparar mantequilla de maní (cacahuete) no hacen falta más que cacahuetes, una pizca de sal y si se quiere un poco de aceite de oliva, y azúcar moreno o miel. Es tan fácil como tostar los cacahuetes en la sartén introducirlos en la trituradora y añadir un poco de azúcar moreno o miel y sal al gusto.

Aunque pueda parecer sorprendente, con la propia grasa que sueltan los cacahuetes al tostarlos se consigue una buena textura cremosa. En todo caso, si le falta un poco de líquido para que quede bien ligado se le puede añadir un poco de aceite de oliva.

Otra opción de mantequilla de sabores, perfecta para tostadas dulces o panecillos y galletitas saladas, es la de mantequilla de fresa. Para prepararla, se trituran fresas junto con azúcar en polvo en la licuadora y se les añade mantequilla. Para que se pueda mezclar bien, hay que dejar la mantequilla un rato a temperatura ambiente o darle un toque de calor en el microondas, sin que llegue a hacerse líquida. Se mezcla todo bien en un bol y se forra la mezcla con papel film para meterlo al frigorífico y que se solidifique.

Mantequillas de sabores, saladas

Se pueden tener siempre listas para utilizar mantequillas de sabores saladas que nos brindan la opción de dar sabor a nuestros platos sin gran esfuerzo. Este es el caso, por ejemplo, de la mantequilla de roquefort o la de ajo y perejil.

Para hacer la primera, basta con darles un golpe de calor, tanto a la mantequilla como al queso y mezclarnos bien. Para dejarlo reposar y guardar la mezcla en el frigorífico, se puede tanto utilizar la técnica anteriormente comentada del papel film como un bol cubierto con papel film. Esta opción es muy socorrida para tener siempre a mano y dar sabor a platos de pasta o como picoteo con panecillos.

Y si lo que queremos es una exquisita mantequilla de ajo y perejil, estupenda para pescados y carnes, o incluso para preparar pan de ajo, tenemos varias formas de hacerla. La mejor opción es asar los ajos, para que queden cremosos y se mezclen mejor, y triturarlos, una vez pelados, junto con el perejil.

Con la mantequilla ablandada, mezclamos todo y lo metemos al frigorífico. Si por el contrario preferimos no camuflar tanto el ajo, se pueden triturar sin asar, de forma que la mantequilla incluirá tropiezos de ajo.