Ir a Sicilia y no probar las arancine no tiene perdón. De entre la extensa lista de elaboraciones exquisitas que se pueden encontrar en el recetario de la gastronomía local de esta isla, ubicada en el sur de Italia, las arancine son, sin duda, un bocado que hay que probar.
Las arancine son un bocado típico siciliano que se puede comer donde sea y a cualquier hora
En puestos callejeros, bares, cafés… las arancine se pueden encontrar en cualquier parte y lo bueno es que está permitido tomarlas a cualquier hora, ya sea media mañana o la hora de la merienda.
Las arancine son unas bolas cuyo exterior es muy similar al de las croquetas, de hecho es fácil confundirlas, pero su interior nada tiene que ver. Su nombre se debe precisamente a su forma, ya que es igual que la de una arancia (naranja).
Aunque dentro de las muchas variedades, también se encuentra una conocida como ‘pera’, por su parecido con esta otra fruta. Este tipo de arancine es más común en la zona de Catania.
En todo caso, y aunque se pueden encontrar infinitas versiones, hay algo que es clave en toda arancina, el arroz. Con diferentes condimentos, estas bolas cuentan siempre con arroz en su interior.
Distintas clases de arancine
Hay tantos rellenos de arancine como uno pueda imaginar, aunque los tradicionales son los que guardan en su interior ragù (salsa bolognesa) o mozzarella y queso.
Para hacerlos lo primero es preparar el arroz, de la clase bomba, que se hará con mantequilla, tipo risotto. Se le añade un caldo elaborado con azafrán y agua, y se termina con yema de huevo y parmesano. Una vez listo, y tras haberlo dejado enfriar, se coge con la mano una bola, se hace un hueco en medio y se introduce el condimento o proteína que queramos.
En el caso de hacer arancine de ragú, habrá que preparar primero la mezcla con cebolla pochada, carne picada, tomate frito, guisantes, sal, pimienta y especias. Se cierra bien la bola con más arroz y se redondea. Después, se pasa por una mezcla, bien líquida, hecha de agua, harina y sal.
Cuando la arancine esté completamente cubierta por la mezcla, se pasa por el pan rallado y se ponen en la sartén, con abundante aceite caliente, hasta que cojan ese característico tono dorado y crujiente.
Si por el contrario queremos preparar arancine de mozzarella y jamón cocido, solo hay que trocearlos e introducirlos en el arroz del mismo modo que haríamos con el ragù.