Hay alimentos que puedes hacer al horno y, posiblemente, nunca te lo habías planteado. Recetas de toda la vida en las que podemos reducir las calorías considerablemente si apostamos por dejar a un lado la sartén con aceite.
Las croquetas, aros de cebolla y patatas son alimentos que se pueden hacer al horno reduciendo así el aporte calórico
Este es el caso de las croquetas. Bañarlas en una sartén llena de aceite puede parecer para muchos la única forma de disfrutar de uno de los alimentos de nuestra gastronomía por excelencia, pero con la ayuda del horno podemos conseguir con las croquetas un buen resultado y que sean mucho más digestivas.
Para asegurar un acabado crujiente, se pueden untar con un poco de aceite y la ayuda de un pincel, aunque sin ella quedan igualmente perfectas. En 15 minutos y con el horno a 200 grados las croquetas, estarán listas sin necesidad de estar friéndolas y quitándoles el exceso de aceite después.
Los alimentos de fritura similar pueden ser también elaborados en el horno, como es el caso de los aros de cebolla. Eso sí, hay que tener cuidado de tener en cuenta siempre el relleno del empanado o fritura, ya que en el caso de pescados o carnes no es recomendable, dado que podrían resecarse y estropear el resultado.
Lo mismo sucede con las empanadillas. Se trata de otro de esos alimentos que estamos acostumbrados a ahogar en aceite y lo cierto es que no es para nada necesario. De hecho, en el caso de las empanadillas, quedan muchísimo mejor al horno, ya que la propia masa es perfecta para horno y queda muy crujiente.
Otros dos alimentos perfectos al horno
Entre los innumerables métodos para hacer patatas, la del horno es, sin duda, una de las más saludables. Si se quiere conseguir un interior tierno y un exterior crujiente, lo mejor es cocerlas previamente, cortarlas con la forma que queramos, untarlas con un pincel mojado en aceite e introducirlas al horno. En unos 15 minutos a 180 grados estarán listas.
Y entre los alimentos que podríamos rescatar de la sartén para hacer al horno, podemos encontrar también los buñuelos. Ya sean dulces o salados, estos esponjosos bocados resultan mucho más ligeros elaborados al horno.
Con la temperatura del horno también a 180 grados, en este caso lo mejor es ir controlando el tono y forma de los buñuelos, ya que el tiempo dependerá mucho del tamaño de los buñuelos y la masa.