De un tiempo a esta parte, los expertos en nutrición avisan sobre la importancia del desayuno, una comida completamente esencial para el resto de la jornada y a la que en el resto de Europa se le da una mayor importancia que en España. A todos se nos viene a la mente la imagen de los turistas británicos inaugurando el día comiendo huevos fritos, bacon y alubias, un hecho que choca con los desayunos rápidos y ligeros que en muchas ocasiones se toman a la carrera porque se nos han pegado las sábanas.
Por todo ello, ¿te has planteado alguna vez qué alimentos debe llevar el desayuno perfecto? Si quisiéramos limitarlo a cinco elementos pero que aportasen todas las nutrientes necesarias, así se podría confeccionar esa primera comida del día:
Si el café es cortado o manchado con poca leche, no cuenta como lácteo
- Un lácteo: Es recomendable que sea con leche desnatada y si se toma el café manchado con un poco de leche, no cuenta como lácteo. El yogur sin calorías o desnatado puede ser una alternativa, así como el queso fresco.
- Un alimento crudo, que suele ser una pieza de fruta, aunque dependiendo del resto del ‘menú’ podría ser también un tomate en rodajas. Es recomendable tomar la fruta en pieza entera y no en zumo, ya que ese azúcar, la fructosa, se absorbe de manera más rápida si se bebe y las posibilidades de engordar son mayores.
- Pan o cereales integrales. Ambos son un hidrato de carbono de absorción lenta y se pueden combinar en uno, como es el caso del pan de cereales. Cuanto más denso sea el pan, además, mejor nos vendrá, porque la harina estará menos molida y se absorberá más lentamente. En cereales o en pan, con esta ración tomaremos la fibra que nuestro cuerpo necesita. Eso sí, cuidado con ambos porque resultan especialmente apetecibles a esas horas de la mañana y caer en el exceso es muy sencillo.
- Algo de proteínas. Pueden estar en un huevo (ojo con tomarlo todos los días de la semana), una loncha de jamón serrano, algo de queso…
- En la dieta mediterránea, no podía faltar una cucharada de aceite de oliva, fuente de muchos beneficios para nuestra salud.
En resumen, un café con leche, una pieza de fruta y una tostada de pan integral con aceite de oliva y jamón, o incluso unas rodajas de tomate que sustituyan la fruta, puede ser el desayuno perfecto.