A la hora de comer influyen muchos factores, especialmente los psicológicos, que marcan muchas veces el apetito de cada persona. La manera de responder ante situaciones de estrés o de recibir los impactos tanto positivos como negativos que se dan en la vida actúan directamente en la alimentación. De ahí, que en muchas ocasiones se hable del “comer emocional”, por la manera en la que respondemos ante todos estos impactos.
Entre un 2% y un 5% de la población sufre ya esta patología
El problema surge cuando el hecho puntual de un cambio alimenticio se convierte en hábito y vemos cómo la organización que lleva un individuo ante la importante tarea que supone alimentarse no responde a un método ordenado y lógico. Es cuando se producen los trastornos alimenticios, conocidos por todos, como la anorexia o la bulimia. Ahora, vemos cómo otros fenómenos también están creciendo en nuestra sociedad, como es el caso del trastorno por atracón. Una patología diferente a las anteriores pero que está aumentando día a día.
Trastorno por atracón
Lo que para muchos es un simple juego, ingerir una gran cantidad de alimentos un día puntual, se ha convertido en todo un problema de la sociedad. En la actualidad, entre el 2% y el 5% de la población sufre lo que se ha denominado trastorno por atracón, que consiste en comer grandes cantidades de alimentos, de manera rápida y muchas veces a escondidas, con la idea de calmar tanto la ansiedad como la angustia. Este hecho ha provocado que a esta patología se le haya reconocido como un trastorno alimenticio, al igual que lo son otros más conocidos como la anorexia o la bulimia.
Hasta ahora, esta enfermedad era entendida como un subtipo de la bulimia nerviosa, pero la diferencia en alguna de sus conductas ha hecho que ambas patologías se separen. En el caso del atracón los individuos no presentan síntomas como el ayuno, dietas restrictivas, autoprovocación del vómito o ejercicio muy intenso. Al contrario, estos pacientes presentan altos índices de obesidad, tiene una incidencia mayor en el sexo femenino y una edad media que ronda entre los 25 y los 40 años.