cantar en la mesa

Los otxotes suelen cantar en algunas sidrerías en época de txotx [Foto: diariovasco.com]

Costumbre francesa

El antiguo cantar en la mesa

Siempre se ha cantado en la mesa, desde tiempo inmemorial, aunque ahora se considere de mala educación. La será si alguien se pone a cantar en una mesa donde no conoce prácticamente a nadie ni va con el ambiente de la misma. “El que come y canta, loco se levanta”, es uno de los refranes que ha vituperado esta costumbre.

diariovasco.com | 26/02/2016 |

Cantar en la mesa, bien sea en medio de la comida o al finalizarla, se ha hecho desde tiempo inmemorial. En los grandes banquetes de la época de antiguos romanos y griegos, al finalizar los mismos solía haber grandes representaciones, con músicos y bailarines.

En nuestro entorno, cantar en la mesa ha quedado restringido al mundo de las sociedades y sidrerías

Algo similar ocurría en la Edad Media e incluso en la Edad Moderna, sólo hay que pensar la palabra “entremets” de los franceses, que luego derivó en platos pero que significaba actuaciones musicales entre los diferentes servicios que se realizaban.

Y es que en Francia han sido muy comunes las canciones en la mesa. Es más se denominaban “chanson de table” y posteriormente “chanson à boire”. Lo hacen desde el siglo XV, cuando O. Badelin creó los “Vaux de Vire”, expresión que fue derivando hasta convertirse en vodevil.

El siglo XVIII fue también prolífico en canciones de mesa, llegando hasta bien entrado el siglo XIX. Curiosamente era una costumbre burguesa que se solía realizar al terminar una cena. El escritor gastronómico Grimod de la Reyniére escribió varias canciones que publicaba en sus famosos Almanaques. Grimod era partidario de las canciones de amor, canciones educadas, las denominadas “de bebida”. Luego se hicieron populares.

Víctor Hugo, en Lucrecia Borgia, escribe “¡Una canción para beber, señores! Usted, señor Maflio, que está de buen humor, debe saber alguna canción de mesa. ¡Qué diablos, cantemos, divirtámonos!”.

Canciones famosas

El mundo francófono mantiene algunas de estas canciones, como “Chevalier de la table ronde”, que se sigue cantando en Francia, Quebec, Suiza, Bélgica. O “Madelon”, canción posterior a la I Guerra Mundial.

Aquí también se canta menos en comparación con lo que se cantaba anteriormente en cualquier reunión de amigos. Ahora no está bien visto. Tampoco se da ya en grandes celebraciones como bodas o bautizos.

Han quedado restringidas las canciones, principalmente, al mundo de las sociedades gastronómicas y sidrerías (y no en todas). La Fraternal, creada en San Sebastián en 1843, en sus estatutos ponía que eran una sociedad de “cantar y beber”.

Eso sí, como en muchas otras cosas siempre hace falta saber con quién se está y sus gustos. Cuando en las paredes de tantos bares ha habido durante años colgado un cartel en el que se podía leer “Prohibido cantar”, era seguro que los parroquianos se arrancaban ellos solos molestando a los demás clientes.