La anchoa ya está aquí para deleite de quienes saben apreciar el sabor de este pescado tan maravilloso. Nuestros arrantzales han realizado grandes capturas en los últimos días y la descarga de cientos de miles de kilos en los puertos guipuzcoanos representa la mejor oportunidad para consumirlas y disfrutarlas. Getaria, de hecho, se prepara ya para celebrar el Día de la Anchoa este viernes, 4 de mayo.
La anchoa llega estos días a nuestros platos y lo hace la mayoría de las veces sin grandes artificios. Lo más habitual es comerlas fritas, con aceite y unos ajos, aunque también es una buena oportunidad rebozarlas o comerlas en tortilla.
Así las hacen, por ejemplo, en el Restaurante Kaia de Getaria, donde tienen muy claro que “lo importante es que sea anchoa del día, recién pescada. De esta forma es como mejor se aprecia la calidad del pescado”, apunta Igor Arregi, quien suele evitar a toda costa añadirle perejil o cualquier otro condimento porque “todo lo que pongas de más le quita el sabor a la anchoa”.
Lo más habitual es comer las anchoas fritas, con aceite y unos ajos, aunque también se pueden rebozar o comer en tortilla
A Igor le encanta ver cómo la gente disfruta comiendo anchoas en su restaurante. “Y si son un poco grandes, las podemos hacer rebozadas”, remarca mientras indica que la anchoa no es un buen producto para recetas muy elaboradas. “Sucede que es un pescado muy delicado. A la parrilla también se les puede dar un toque y se pueden hacer anchoas marinadas, pero la anchoa no queda tan rica como frita o rebozada. Hemos hecho pruebas, pero hemos llegado a la conclusión de que no”, indica.
Anchoas, sólo entre semana
Unas anchoas fritas son un manjar muy preciado y apropiado para cualquier momento del día. Así lo cree Igor: “Si eres muy aficionado, te puedes comer una de anchoas, y luego otra y otra y otra. De comer anchoas uno no se aburre. Puedes comerlas hoy, mañana y pasado y no te cansa”, apunta a la vez que subraya que a clave es “que sea del día. Si la anchoa llega por la mañana y se come por la tarde, ya se nota la diferencia. Es el pescado más delicado que hay”. Por eso, en su restaurante nunca se ofrecen anchoas los sábados y domingos porque esos días no se pesca y la anchoa hay que comerla recién pescada, directa del mar al plato.
Igor sabe mucho de anchoa y defiende que la mejor es “esa anchoa pequeñita, blanca y con brillo. Es un tipo de anchoa que casi no hay. Aparece tres veces al año y es un manjar. ¿Y el resto del año? Muy buena también, pero esa pequeñita es una maravilla, finísima de sabor”, asegura.