Son muchos los restaurantes y bares de Gipuzkoa en los que el hojaldre de puerros y gambas forma parte de su carta habitual o de alguno de sus menús.
Se trata de un plato tradicional y cuya elaboración no requiere de grandes conocimientos de cocina, ni tampoco de un gran derroche de dinero. Además, tiene la ventaja de que se trata de un plato que es muy agradecido, puesto que debido a su excelente aspecto, puede formar parte de una comida formal o informal y servirse tanto a modo de entrante, como de segundo plato.
Pochar bien las verduras, requisito indispensable
En el restaurante Aldaba del barrio de El Antiguo de Donostia, el hojaldre de puerros y gambas forma parte de los entrantes de su menú. Su cocinero, Juan Pereda, nos explica cómo lo elaboran. “Rehogamos un poco la cebolla y después el puerro. A esto le añadimos un poco de nata y que reduzca. El siguiente paso sería añadir las gambas y dejarlo rehogar. Esta masa la añadiremos al hojaldre, que previamente lo hemos metido en el horno”. Un volován, que en el restaurante Aldaba ya lo compran hecho.
Al hacer el hojaldre de puerros, es importante que la verdura no se queme, pero que tampoco quede nada de agua
A las personas que desean hacer este plato en casa, Juan recomienda que tengan muy en cuenta el momento de la reducción y del rehogue. “De lo contrario el puerro y la masa no quedan como se espera”.
Un plato que, concluye Juan, “tiene mucha salida cuando lo ponemos, a pesar de que sea de puerro. Esto puede echar para atrás a mucha gente, pero en el caso del hojaldre no”.
Hojaldre de puerros
El hojaldre de puerros también forma parte de los platos que se ofrecen en el restaurante Boulevard, 9 de Donostia. Siobhan Rossi, nos cuenta cómo lo preparan. “En primer lugar metemos la placa de hojaldre congelado en el horno y en forma de cuadraditos. Una vez que esté listo, se saca. Mientras tanto, pochamos el puerro, con las gambas y un poco de ajo, hasta que quede bien reducido y no suelte nada de agua y una vez que está en su punto, le añadimos, o bien un poco de harina y mantequilla para hacer con una bechamel. Sino, después de que poche le verdura se le echa nata por encima y un poco de maizena”.
Este sería el relleno que después se le mete al hojaldre. “Para terminar, nosotros servimos este hojaldre con un poco de ensalada”.
Al igual que sus compañeros de profesión, Siobhan aconseja “pochar bien la verdura, que no se queme, pero que no quede nada de agua, porque sino se puede quedar muy líquida”.