Cuatro salsas diferentes

Son infinitas las posibilidades de salsas que podemos hacer [Foto: diariovasco.com]

Básicos

Las comidas son más sabrosas con una salsa casera

Si dejamos a un lado las calorías, las salsas son una opción más que recomendable para que nuestras presentaciones culinarias adquieran un nuevo tono y un rico sabor, y existen muchas recetas sencillas de elaborar y deliciosas.

diariovasco.com | 31/03/2015 |

El tomate casero es el rey de las salsas básicas, pero tenemos otras muchas posibilidades para lucirnos en la cocina y no recurrir al mismo condimento a todas horas. Un buen ejemplo de ello es el aliño de queso. Podemos obtener una exquisita en pocos minutos, justo lo que tarda la mantequilla en derretirse y la cebolla en cocinarse, para luego añadir queso cheddar y suizo, un vaso de crema, sal y pimienta. Un toque de perejil servirá de adorno para este sencillo y eficaz condimento.

Tomate, de queso, tártara, mahonesa, chimichirru, aguacate… Son infinitas las opciones

Otra salsa de elaboración muy rápida y básica es la tártara. Para lograr un resultado perfecto, tan solo es necesario tener a mano alcaparras, pepinillo y un huevo duro picado, que añadiremos a nuestra mahonesa. La sal y la pimienta le aportarán una nota de picante, a lo que los más valientes le añadirán mostaza. Si consideramos que no tiene la suficiente consistencia, basta con echarle vinagre blanco o de arroz hasta que llegue al punto que deseamos.

Un buen acompañamiento que últimamente se hace un hueco en la gastronomía vasca es el chimichurri. Muy típico en las cocinas de Argentina, Paraguay y Uruguay, poco a poco comienza a asomar en las cartas de restaurantes guipuzcoanos y su punto de picor es muy agradable y buen acompañante de carnes.

Su receta es muy fácil y consiste en triturar y mezclar perejil, ajo, orégano, vinagre, sal y pimienta durante un minuto. Transcurrido este tiempo se le incorpora un hilo de aceite de oliva hasta comprobar que la mezcla queda homogénea. En este caso, es necesario dejarla reposar durante un día para que adquiera todo su sabor.

Influencia internacional

También de Sudamérica nos llega la rica salsa de aguacate, para lo que mezclaremos aguacate, agua, sal, orégano y pimienta. Al resultado le podemos añadir zumo de limón y, a quien le guste, cilantro, y quedará listo para servir con unos buenos nachos.

Y si optamos por Asia, la famosa salsa agridulce se obtiene al calentar  a fuego medio en una olla azúcar, sal, kétchup, salsa soya, vinagre y agua, a lo que se le añade almidón de maíz con agua hasta que nos quede una perfecta salsa oriental.