Esta pirámide incluye todos los grupos de alimentos y solo indica de manera sencilla cuánto consumir de cada uno de estos grupos a fin de mantener una buena salud. Las primeras pirámides datan de 1970, y desde entonces se han modificado para introducir las nuevas consideraciones que arrojaban los estudios científicos y médicos sobre qué alimentación es más adecuada para gozar de un organismo sano.
La última modificación realizada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria SENC contempla variables como el comportamiento de los diferentes grupos de la población y los últimos descubrimientos. En función de estas novedades, la SENC ha decidido cambiar los ejes que imperaban hasta ahora por cuatro nuevos. Éstos son balance energético, equilibrio emocional, ejercicio y comidas saludables. Estos factores sirven para colocar en diferentes alturas de la pirámide los alimentos que fomentarán una dieta saludable y servirá de guía para las personas preocupadas por su salud.
Se pretende crear una dieta segura y sana, pero acorde con los nuevos movimientos
El diseño de esta pirámide es más complejo de lo que en principio se puede intuir. No se trata solo de colocar los alimentos más básicos en la base e ir incorporando en capas superiores los que no tienen tanta aportación a nuestra salud. Además de su valor nutritivo, se tienen en cuenta otras variables más personales y relacionadas con otros ámbitos de nuestra vida con influencia en nuestra salud.
De este modo, la elección de los alimentos que formarán parte de esta figura geométrica se guían por indicadores como los aspectos biológicos, las pulsiones instintivas, la palatabilidad, el nivel de educación sanitaria, la comodidad e incluso la capacidad culinaria que tiene cada persona.
En función de estos parámetros se incorporarán o no ciertos alimentos, y su posición final será una u otra. En la nueva revisión, además, se contemplan otros conceptos como la sostenibilidad, la alimentación confortable, la variedad de las comidas, su moderación y el equilibrio de la dieta.
Consejos generales
Como consejos esenciales, se recoge la importancia de la ingesta de frutas, verduras y hortalizas de temporada, además de más legumbres, cereales de grano entero, frutos secos sin sal, aceite de oliva virgen extra, pescados de temporada, lácteos bajos en grasa y carnes magras.
Con estas modificaciones la comunidad científica pretende acercarse más a la sociedad y diseñar una dieta segura y sana, pero también acorde con los nuevos movimientos que se producen en el mundo de la gastronomía, la producción y los alimentos.