Cuando se está enfermo comer se convierte en una preocupación secundaria, ya que cuando el cuerpo no funciona como debería no se suelen tener muchas ganas de nada. En todo caso, si se come lo que se debe en cada caso podemos ayudar a nuestro cuerpo a mejorarse antes o a reducir el malestar.
Comer crucíferas cuando estás enfermo del estómago solo empeorará el malestar
Cuando padecemos gripes y catarros, por ejemplo, el caldo de pollo que siempre recomiendan las abuelas no es solo un mito. Además de contribuir a mantener una buena hidratación, el caldo ayuda a calmar la garganta y descongestiona las vías respiratorias, y la cisteína presente en el pollo ayuda a aligerar el moco, favoreciendo su expulsión.
De hecho, el pollo en sí es un buen aliado también cuando lo que tenemos en un problema de estómago, como pueden ser vómitos o diarreas. Eso sí, se debe cocinar a la plancha, bien limpio.
Siguiendo con los malestares gripales, si se tiene dolor de garganta, por mucho que digan que el zumo de naranja tiene vitamina C, su ingesta puede resultar contraproducente, ya que la acidez de esta fruta nos puede agravar las molestias. Lo mejor es tomar infusiones, cuya temperatura calmará la garganta. Entre ellas la de jengibre puede ser la mejor opción, ya que en caso de tener mucosidad persistente el jengibre ayuda a diluirlos.
Y si tenemos malestar muscular causado por la gripe, lo mejor es tomar alimentos ricos en magnesio, como pueden ser aguacates y plátano, además de comer cosas con calcio como yogures.
Comer cuando estás enfermo y mal del estómago
Precisamente el yogur se convierte en el compañero ideal cuando lo que se tienen son descomposición y vómitos. Las bacterias presentes en el mismo nos ayudan a repoblar la flora intestinal, imprescindible para su correcto funcionamiento.
La infusión de jengibre es conocida por sus efectos contra las náuseas, así que también son una buena alternativa en este caso. Y cómo no, el arroz (blanco, sin aderezos) y el plátano, ayudarán a cortar la diarrea. Se debe evitar sobretodo cualquier comida grasa y que pueda generar gases, como las crucíferas (brócoli, coles de Bruselas…).
Cuando se sufre este tipo de malestar es importante mantener la hidratación y sobre todo las sales minerales que se pierden, por lo que es muy recomendable ingerir bebidas isotónicas.