Karapaixo

El Karapaixo de toda la vida sólo era un pan tradicional con tres huevos. [Foto: diariovasco.com]

Tradición

El Karapaixo, una ofrenda de Pascua

A día de hoy, el Karapaixo puede ser salado o dulce, aunque la versión tradicional es la que incluye únicamente huevos y pan

diariovasco.com | 15/03/2018 |

El Karapaixo, los huevos de Pascua, el conejo de chocolate, las torrijas… son muchos los alimentos relacionados con la Semana Santa y la cuaresma. Desde elaboradas recetas de repostería hasta preparaciones saladas que preparar en casa, podemos encontrar un sinfín de opciones deliciosas en este calendario de tradición cristiana.

El Karapaixo tradicional se compone de un pan tipo opila y tres huevos

Entre ellos, en nuestro territorio hay uno que destaca por su curioso nombre, su contenido y su tamaño, el Karapaixo. A pesar de que esta tradición se haya perdido en muchos sitios, en algunas localidades como Oñati o Arrasate la tienen muy presente.

El Karapaixo es un tipo de opila de un tamaño considerable y forma triangular. En cada uno de sus extremos, el pan lleva un huevo incrustado; aunque con los años la receta tradicional ha ido evolucionando y se le han añadido también chorizo y jamón.

Se trata de una ofrenda de los padrinos a los ahijados, que representa su buena disposición hacia la responsabilidad que tienen con ellos. Es por ello que es tradición que en tiempo de cuaresma los padrinos y madrinas regalen un Karapaixo a sus ahijados. Esta costumbre se mantiene hasta que el ahijado se casa, momento en el que se considera independiente y se deja de hacer dicho regalo.

Aunque parece ser que inicialmente el Karapaixo podría haber sido una ofrenda a la Madre Tierra, creada por los paganos en la fiesta del equinoccio o la primavera. De ahí que sus ingredientes sean el pan, que representa el cereal y como símbolo de fertilidad de la tierra; y huevo, como semilla de la vida, vinculado con el resurgir de la naturaleza, la primavera.

Versiones más modernas de Karapaixo

Pero así como el Karapaixo modificó su razón de ser y aceptó como ingredientes ya integrados en su receta el chorizo o el jamón, ha seguido variando. Es por ello que cada vez son más los padrinos que apuestan por regalar a sus ahijados Karapaixos dulces y no salados.

Esto se debe a que la versión dulce del Karapaixo parece tener una mayor aceptación entre los más pequeños. En esta versión, en lugar de pan, huevos, chorizos y/o jamón, se hace con un bollo como base, y se decora con huevos de chocolate e incluso algún que otro dulce más. Su forma también ha evolucionado y ahora no todos presentan ese aspecto triangular con los huevos en sus vértices, se pueden ver Karapaixos alargados y redondos.

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