Hacer unas patatas ali-oli como las que sirven los profesionales hosteleros es posible. Si eres una de esas personas que lo ha intentado todo pero siempre falla en algo, la patata queda seca, cruda o requemada, la salsa demasiado fuerte, espesa, picante o líquida, puedes estar tranquilo, porque todo tiene solución.
Para conseguir unas patatas ali-oli perfectas lo mejor es freírlas en dos pasos
Para preparar unas patatas ali-oli perfectas lo primero es prestar atención a la patata. Aunque se camufle en cierto modo con la salsa, la patata será la gran protagonista del plato, por lo que lo primordial es acertar con su preparación.
Para conseguir la consistencia al punto, blandita por dentro y crujiente por fuera, hay dos opciones. Por un lado, se puede optar por cocer las patatas, como se suele hacer para cualquier ensalada o pescado. Una vez listas, ya pelada y cortada, y justo antes de servir, se pasan las patatas por la sartén por aceite muy caliente y que las dore de forma rápida.
Por otro lado, lo que se puede hacer es freír las patatas, ya troceadas, a fuego lento, en una sartén amplia, de forma que las patatas queden sumergidas en el aceite. Y cuando estén blandas se retiran, para ser doradas a fuego intenso justo antes de ser servidas.
Hay un detalle importante también a la hora de cortar las patas y es que sean de un tamaño similar y que se pueda meter en la boca de un bocado. Esto favorecerá que se hagan a la vez y que se puedan comer de forma cómoda.
La clave de la salsa
Hay muchos que aún desconocen la receta del ali-oli, aunque seguro que muchos de ellos ya saben preparar mayonesa casera. Pues lo cierto es que el ali-oli no es más que mayonesa con ajo y un poco de perejil.
Es decir, para preparar ali-oli se debe hacer mayonesa con huevo, aceite, un chorrito de vinagre o limón y sal. Una vez lista, se añade el ajo picado. Para no pasarse con el ajo, lo mejor es ir añadiéndolo poco a poco e ir probando. Y después añadir el perejil picado.
Cuanto más aceite se añada, más espeso quedará el ali-oli, por lo que, al igual que el ajo, se puede empezar añadiendo un poco y echar más si se quiere espesar.