El blanquet representa uno de esos platos típicos de la Comunidad Valenciana. Uno de esos productos que se disfruta desde que uno es pequeño, una delicia gastronómica transmitida de generación en generación.
El blanquet es una delicia surgida en la Comunidad Valenciana muy típica de su gastronomía
El blanquet es un embutido, similar a una morcilla blanca. Su característico color pálido se lo debe a sus ingredientes, ya que, a diferencia de la morcilla, el blanquet no está elaborado con sangre. Por ello, en realidad se dice que es una salchicha blanca, evocando más las típicas salchichas alemanas.
Aunque no nos tenemos que ir tan lejos para disfrutar de productos parecidos al blanquet, ya que en la rica y variada gastronomía española se pueden encontrar varios bocados similares, como es el caso de la longaniza.
En cuanto a su contenido, varía mucho dependiendo de la región y el productor, pero en líneas generales se hace con magro entreverado de cerdo y cabeza, huevo, piñones y especias. A diferencia de la clásica salchicha blanca alemana que nos podamos imaginar, esta morcilla es más corta y gruesa. Es embutida en tripa natural de cerdo.
Una vez adquirido se puede comer tal y como lo compramos, a la parrilla, en los cocidos de invierno o incluso en arroces al horno y paellas, ya que presenta un aroma muy sabroso a la par que suave.
Especias que lo hacen único
Aunque sus ingredientes puedan variar y cuente con diferentes versiones surgidas a lo largo y ancho de toda la Península, lo cierto es que en la preparación del blanquet se incluyen ciertas especias que lo hacen único. Tras su sabor único se esconden la canela, la pimienta y el clavo, y se puede llegar a incluir incluso pimentón y anís.
En cuanto al momento ideal para comerlo, sus adeptos no tienen duda: cualquier hora del día es buena. Ya sea para dar vida a un plato, como picoteo de aperitivo o incluso a media tarde. Aunque como todos los embutidos, se recomienda consumirlo con moderación, ya que presenta un alto contenido en grasa.