Comer alimentos con moho

Dependiendo del tipo de moho y del alimento, en algún caso sí se puede comer [Foto: diariovasco.com]

Salud y alimentación

¿Se puede comer un alimento con moho?

Que aparezca moho en alimentos que tenemos guardados en la nevera, despensa o al aire libre no es extraño, pero antes de tirarlo se debe tener en cuenta la naturaleza de la comida, ya que podría ser salvable

diariovasco.com | 02/06/2017 |

Abrir el frigorífico para comer y encontrar moho en la fruta, queso, verduras o preparaciones no es extraño. Ante esta situación, está quien se decide por desechar el alimento y quien considera que retirando la parte de moho es suficiente para poder comérselo.

Dependiendo del alimento se puede comer retirando el moho o se deberá desechar

No hay una respuesta absoluta, en este caso depende mucho de varios condicionantes. La naturaleza del alimento, así como el tipo de moho, son determinantes a la hora de poder consumir un alimento al que le ha salido moho o no.

Se han identificado alrededores de 300.000 tipos de moho, lo que hace complicado distinguirlos y conocer sus efectos para quien no es un experto, aunque el producto en el que haya parecido nos puede dar ciertas pistas.

Por un lado, podemos encontrar alimentos que contienen el “moho bueno” o provocado que todos conocemos, y que es utilizado para producir conocidos quesos de alta calidad como los quesos azules, cabrales, roquefort… Este tipo de moho se puede comer, ya que es generado con la ayuda de los propios productores para conseguir una buena maduración y curación, así como un sabor y aroma únicos. Es además un hongo controlado, que no provoca efectos adversos en nuestro organismo.

¿Cuándo puedo comer un alimento con moho?

Por otro lado, demasiado a menudo nos encontramos con alimentos en nuestra cocina a los que les ha salido moho y no deberían tenerlo. Este es el caso de panes, quesos, frutas… A veces se puede retirar la parte mohosa y comerlo sin preocupación y otras veces no.

Para saber cuándo se puede hacer y cuándo no, se debe tener en cuenta el alimento y, más concretamente, su consistencia. Si se trata de un alimento muy sólido y poco poroso, como pueden ser los quesos duros, basta con retirar la zona con moho, además de un pulgar del producto que rodea la zona afectada.

Pero si se trata de alimentos porosos como frutas, carnes o verduras, por ejemplo, se debe desechar inmediatamente. Esto se debe a que el moho no es únicamente la parte filamentosa, verde grisácea, que se ve a simple vista. Estos microorganismos cuentan con largas raíces que a menudo no se perciben a simple vista y que en los alimentos blandos penetran con mayor facilidad.