El cuscús perfecto es aquel al que no le sobra agua, y queda suelto y bien hecho sin llegar a quedar pastoso ni apelmazado. Con la actual convergencia e internacionalización de las diferentes tradiciones culinarias, cada vez es más común realizar en casa recetas de cualquier parte del mundo, haciendo de ellas un plato más de nuestra dieta diaria.
Conseguir el cuscús perfecto es tan fácil como controlar las proporciones y combinarlo como más nos guste
Este podría ser el caso del cuscús, que al igual que la pasta, parece que ha llegado para quedarse en la mayoría de las cocinas europeas. Este producto es parte de la comida tradicional bereber, de hecho se podría considerar el plato principal en gran parte del norte de África. Así lo refleja su propio nombre, cuyo significado es “comida”.
El cuscús es un producto obtenido de la sémola de trigo que si se empieza a cocinar desde el principio lleva consigo muchas horas de cocción. Para nuestra suerte, en cualquier supermercado se puede encontrar ya cuscús precocido, por lo que solo hacen falta unos minutos para tenerlo listo.
La cuestión es que preparar un cuscús perfecto no tiene ningún misterio, pero hay que prestar atención a las proporciones, ya que es muy fácil también que quede mal.
Para prepararlo solo se necesita una olla, preferiblemente algo amplia, ya que el grano se hincha. Teniendo en cuenta las proporciones indicadas en el paquete o envase lo único que hay que hacer es poner a hervir el agua o caldo, con un chorrito de aceite y una pizca de sal. Una vez hierva el agua, se retira del fuego, se añade el cuscús y se remueve para que los granos absorban bien el agua.
Tras dejarlo reposar cinco minutos, se revuelve con una cucharada de mantequilla para que quede bien suelto y ya está listo para combinarlo con lo que queramos.
Un plato muy versátil
Una vez se haya conseguido que el grano de cuscús sea perfecto, hay infinidad de opciones para disfrutar de él. Es un grano muy suave, por lo que combina a la perfección con todo tipo de acompañamientos.
Se puede servir en frío o en caliente. Su formato en frío es muy utilizado en ensaladas. En cuanto a sus versiones calientes, casa a la perfección con todo tipo de carnes, pescados y verduras. De hecho, la receta tradicional es elaborada con carne de cordero.