Hacer una pizza o un bizcocho en la sartén le puede parecer todo un sacrilegio a un italiano o a la clásica abuela experta en repostería, pero lo cierto es que les vendrá muy bien a aquellos que no tengan horno en casa.
Para hacer un bizcocho en la sartén es importante untar primero su superficie con mantequilla y harina
Si se quiere cocinar una pizza en la sartén, lo mejor es optar por la preparación casera de la pizza, aunque la masa se puede comprar hecha. Antes de prepararla, y para que la masa se haga, debemos encender el fuego al cuatro, en el caso de utilizar vitrocerámica, y echar un poco de aceite.
Se aguanta unos minutos por ese lado, controlando que no se queme y, cuando veamos que se ha hecho, le damos la vuelta. Con la parte superior todavía caliente se añaden los ingredientes. En caso de tratarse de carne picada, pollo o verduras es recomendable cocinarlos previamente. Y si queremos que el queso se funda, lo mejor es apagar el fuego y poner una tapa sobre la sartén. En un par de minutos, y con el calor generado previamente, conseguiremos un acabado perfecto.
También para dulces
Además de platos salados, la sartén se puede convertir también en nuestra gran aliada a la hora de preparar dulces. Las tortitas y crepes son el claro ejemplo de ello, pero si lo que queremos es preparar el tradicional bizcocho, la sartén es también de gran utilidad.
Con la masa ya preparada, como la haríamos siguiendo nuestra receta preferida de bizcocho de yogurt, de chocolate o de zanahoria, por ejemplo, ya podemos empezar.
Lo primero es escoger bien la sartén, ya que la masa se extenderá cubriendo toda la superficie. Si se quiere un bizcocho más bien pequeño pero gordito, es mejor coger una pequeña, aunque si tenemos mucha masa y vamos a preparar una gran bizcocho, una de tamaño grande será la mejor opción.
Es muy fácil que se quede pegado, por lo que hay que tener cuidado. Lo primero es untar la sartén con mantequilla, sin dejar ningún hueco, y repetir el proceso con harina. Cuando tanto la superficie como los lados interiores estén completamente cubiertos vertemos la masa en la sartén, ponemos una masa y la llevamos al fuego.
Es importante que la tapa sea cóncava, de forma que cuando el bizcocho suba no se pegue a su superficie. En cuanto a la temperatura del fuego, se debe utilizar la potencia media, prestando atención a la temperatura de la tapa.
Cuando esta esté caliente, comprobamos que el bizcocho esté hecho y le damos la vuelta, como se hace con la tortilla de patata, simplemente para dorar el otro lado. Otra forma de calcular que esté hecho es el tiempo, alrededor de 20 minutos serán suficientes para que la masa se haga.
En caso de tratarse un bizcocho que llevará una cobertura, no es necesario dar la vuelta, ya que es un toque simplemente estético.