El término trampantojo es, según definición de la Real Academia de la Lengua Española, “ilusión, trampa con que se engaña la vista haciendo ver lo que no es”. Esta técnica ha sido muy utilizada en el arte y la gastronomía, como una manifestación artística que es, la ha aplicado para innovar y aportar originalidad a los platos.
Se trata de sorprender al comensal con una propuesta que no es lo que piensa
Aunque no lo recordemos, alguna vez habremos probado un trampantojo culinario sin saber que ese plato respondía a este concepto. El mismo popular programa de televisión Top Chef dio buena cuenta de ello con una receta basada en esta técnica. Su utilización alcanza cotas inimaginables gracias a grandes maestros de la cocina que la han utilizado, como el caso de Ferran Adriá.
En general, se trata de presentar un plato cuyo nombre hace referencia a productos que conocemos, como el champán. Sin embargo, al dar un sorbo a la copa nos sorprendemos con un sabor totalmente diferente, como por ejemplo salmorejo. En realidad, el cocinero nos ha engañado al presentarnos una propuesta con aspecto de una cosa para luego descubrir que no es lo que pensábamos.
La razón de que la cocina haya acogido muy bien esta técnica radica en las posibilidades que ofrece. Fundamentalmente, se trata de sorprender al comensal con algo diferente a lo que su mente y su paladar esperan, provocando una sensación muy característica. Si la pericia del cocinero es buena, la ocurrencia será muy celebrada.
Son muchos los ejemplos que ilustran esta técnica, algunos más laboriosos y otros menos. En este último grupo se sitúan unos curiosos huevos al plato. Su preparación requiere batir con cuidado nata sin llegar a hacerla mantequilla para que asemeja la clara, y colocar sobre ella unas rodajas de melocotón con la parte curva hacia arriba a semejanza de la yema. Unos trozos de fruta verde imitarán a los guisantes y los más pequeños se llevarán una divertida sorpresa al tiempo que consumen fruta.
Angulas y Ferrero Rocher
Las angulas elaboradas con espaguetis, ajo y pimiento rojo picante, el salchichón de chocolate y galletas, los bombones Ferrero Rocher que en realidad son croquetas con queso Idiazabal o el flan que carece de huevo pero no de mejillones, ajo y pimiento son otros engaños que a buen seguro distraerán a nuestros invitados.
La imaginación se apodera de la cocina de muchas maneras, y esta técnica es un buen ejercicio para que todos pongamos nuestras neuronas a ser creativos frente a los fogones. ¿Te atreves?