La dieta paleolítica está en camino de convertirse en un fenómeno, como lo demuestra que fue uno de los términos más buscados durante el pasado año en Google, según las estadísticas que realiza anualmente este conocido buscador.
Sus defensores se basan en la teoría de que el ser humano no ha evolucionado biológicamente demasiado desde el periodo paleolítico, es decir, desde hace entre 2,5 millones y 10.000 años atrás. En consecuencia, nuestro cuerpo no está preparado para digerir determinados alimentos que surgieron más tarde.
Hay quienes relacionan la dieta con la felicidad
En los inicios, los trogloditas se alimentaban de carne, pescado, frutas y verduras y, como ha demostrado la historia, no les fue mal. Posteriormente surgieron la agricultura, la ganadería y la industria lo que, en opinión de los favorables de la dieta paleolítica, comenzó a influir negativamente en nuestra salud.
Su argumento incide en que las legumbres, los cereales o los lácteos son productos dañinos para nuestro organismo, por no hablar de los miles de productos procesados que surgen continuamente de la industria gastronómica. Estos alimentos, según señalan, son los responsables de la aparición de múltiples enfermedades como las relacionadas con el corazón, la diabetes o el cáncer.
La dieta paleolítica según sus defensores tiene muchas virtudes como su contribución a mantener la buena salud y controlar el peso. Además de estas dos propiedades, también parece tener la capacidad de regular los niveles de insulina en la sangre y reducir la inflamación del cuerpo, con lo que evita la aparición de numerosas enfermedades muy propias del momento actual.
Felicidad y claridad de pensamiento
Esta dieta también se convierte en un seguro de felicidad, y quienes la siguen afirman pensar con más claridad, dormir mejor y afrontar la vida con más energía. Tales son sus propiedades, que muchos de los seguidores han decidido extender esta teoría a otros ámbitos de su vida privada.
Esta moda también tiene sus detractores, que aseguran que el ser humano sí ha experimentado cambios biológicos como la mutación genética que hoy día nos permite digerir sin problemas la lactosa. También sostienen que no conocemos con exactitud qué consumían nuestros ancestros.
Como en todas las teorías, las opiniones encontradas existen, y cada uno es responsable de elegir qué tipo de comida tener siempre que sea sana y equilibrada.