La Universidad de Harvard ha pensado en este contratiempo y ha decidido aportar su método para tratar de eliminarlo. Así, ha diseñado cuál sería el plato ideal para mantener nuestros buenos hábitos alimentarios que recoge los principales hitos de la dieta diaria. Es el modelo perfecto donde todas las evidencias científicas se reúnen en un solo círculo donde predominan cuatro colores.
Estos tonos son el verde, el amarillo, el rojo y el naranja, en relación con el tipo de alimento que contienen. El verde corresponde a las verduras y hortalizas; el amarillo a cereales, legumbres y patatas; el rojo a proteínas y el naranja a frutas.
Es un esquema rápido para llevar una buena alimentación
Ahora imaginemos un círculo sobre el que colocar estos colores. El plato ideal tendría algo más de un cuarto de verde, un cuarto de amarillo, un cuarto de rojo y algo menos de un cuarto de naranja. Ellos cuatro conforman la alimentación perfecta, compuesta por todos los nutrientes que necesita nuestro organismo.
Si trasladamos los colores a alimentos concretos, algo menos de la mitad del plato estaría ocupado por ensaladas o verdura. El resto del espacio hasta completar medio plato correspondería a una pieza de fruta. A su lado, un cuarto del círculo se destinaría a cereales, patatas y legumbres, mientras que el cuarto restante se adjudica a la proteína contenida en huevos, carnes o pescados.
La principal aportación de la Universidad de Harvard consiste en facilitarnos un esquema rápido y comprensible que resume en cuatro colores todas las doctrinas acerca de una buena alimentación. Sirve de guía para preparar nuestra comida diaria, que resultará muy variada gracias a la inmensa cantidad de alimentos que se engloban en cada uno de los colores.
Junto a este plato también aparecen unos acompañantes imprescindibles. Uno de ellos es el agua, que hay que beber en una cantidad de entre 6 y 8 vasos al día, y que puede ser sustituida por infusiones, caldos vegetales o bebidas light.
Leche
La leche o el yogurt son igualmente muy importantes en una dieta equilibrada y merecen una destacada presencia en este esquema. La recomendación es consumir dos o tres raciones al día, y mejor si son desnatados o bajos en grasa.
Completa la dieta ideal el aceite de oliva y los frutos secos, que se aconseja consumir de forma moderada para prevenir problemas con el corazón. Y como no podía ser de otra manera, existe un recuerdo especial a la lucha contra el sedentarismo a través de la práctica de ejercicio.