Sal en un cuenco

El exceso de sal también puede ser un remedio con solución [Foto: diariovasco.com ]

Trucos

Las mejores maneras de solucionar los desastres culinarios más habituales

Todos, incluso los maestros de la gastronomía, hemos cometido pequeños errores en la cocina que se convierten en desastres si con ellos arruinamos la comida del día.

diariovasco.com | 30/01/2015 |

Son despistes habituales provocados por el cansancio, el estrés, las preocupaciones o las distracciones que nos hacen desesperar y buscar una alternativa culinaria urgente. Sin embargo, con unos sencillos trucos podemos salvar el plato que preparábamos.

¿Quién no ha echado dos veces sal a la sopa? Si la primera idea que se nos ocurre al probar ese mar con fideos es tirarla por la fregadera, será mejor armarse de paciencia. Al fin y al cabo, la manera de solucionarlo es tan sencilla como colocar una patata que absorberá el exceso de sal. Para quien haya preparado la sopa con vegetales, el puré de castañas es una buena alternativa.

El exceso de sal en la sopa se puede solucionar con una patata que la absorba

Los aditivos picantes también son muy peligrosos. Quizá creamos haber aderezado nuestro plato con un punto picante, cuando al probarlo comprobamos que solo los muy valientes lo comerán sin pestañear. Una opción es servir la comida junto con una porción de yogur griego muy frío, crema agria o nata. Si nos da vergüenza reconocer nuestro error, se puede añadir leche de coco o crema dulce diluida en agua directamente al guisado.

Otro de los desastres culinarios caseros más habituales es que la mahonesa se corte. En este caso, solo hay que coger un recipiente limpio, volver a hacer en él la mezcla de huevo, vinagre y aceite, y añadir una cucharada de agua. Una vez obtenida la masa, se le añade poco a poco la mahonesa cortada y nadie lo notará.

Pasteles

Los mejores elaboradores de postres también sabrán que si se pierde un poco la atención los resultados son deprimentes. Toda una tarde para preparar un rico pastel con el que deleitar a nuestros invitados, y al sacarlo del horno descubrimos que no habíamos calculado bien el tiempo y toda la superficie está quemada.

No hay problema. Se trata de desmoldar el pastel y colocarlo sobre una tabla de picar. Con un cuchillo afilado de cortar pan retiraremos la parte superior quemada y cubriremos nuestro postre con chantilly o una mermelada del gusto preferido, y la presentación quedará de concurso.

Según los viejos dichos populares, a grandes males grandes remedios. Y estos pequeños trucos muy fáciles de aplicar pueden ser la salvación de cualquiera de nosotros para quedar bien delante de los nuestros o simplemente aprovechar el tiempo empleado en la cocina.  

Todos, incluso los maestros de la gastronomía, hemos cometido pequeños errores en la cocina que se convierten en desastres si con ellos arruinamos la comida del día. 

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