Euskadi no ha sido ajena a este fenómeno, al haber activado la alarma ante la proliferación de la ya conocida avispa asiática, que pone el peligro las especies autóctonas. Por este motivo, los países europeos reclaman un mayor control para evitar esta proliferación de plagas procedentes, en su mayoría, de países de Asia.
Estas invasiones afectan directamente a la economía de los agricultores
El problema de este tipo de invasiones afecta directamente a la economía de los agricultores, que deben invertir sumas de dinero para prevenirse de su llegada o eliminar las consecuencias. Pero a los elevados costes de producción hay que añadir las pérdidas que representan los frutos contaminados que no pueden comercializarse. Si sumamos la posibilidad de que afecten a plantaciones enteras, puede resultar la ruina para el agricultor.
Por esta razón se exige a la Unión Europea que intensifique su control sobre productos que llegan de fuera de sus fronteras, con normativas más duras y un mayor número de inspecciones. De este modo podrían borrarse imágenes como las que hasta ahora recibimos de plantaciones echadas a perder o de bomberos retirando nidos de avispa asiática.
El cultivo más afectado es el de los cítricos, donde destaca la garrapata Coccus pseudomagnoliarum que reduce la productividad del árbol. Una especie de cochinilla también deforma la fruta y hace imposible su comercialización.
En los últimos años han aparecido otras tres plagas con efectos devastadores. Se trata del cáncer de cítricos, que no tiene remedio y obliga a arrancar todos los árboles del área afectada. De Sudáfrica y Brasil llega un hongo que provoca el efecto conocido como mancha negra, cuya consecuencia es convertir la fruta en un producto comercialmente inservible. Pakistán, por su parte, es el país de origen de un agresivo virus que destroza cosechas.
Una peligrosa mosca
Las frutas de hueso como la cereza o el caqui se ven severamente dañadas por la mosca Drosophila suzukii y otro insecto, la avispilla del castaño procedente de China y de Corea del Sur, ha sido igualmente responsable de destrozos en estas plantaciones.
Como estos ejemplos existen muchos más que alarman al sector agrario, que no atraviesa el mejor de sus momentos y pide con insistencia una regulación más severa por parte de las instituciones europeas para eliminar este tipo de plagas extranjeras.