Nata montada con fresas, con crepes, en el café… son muchas las formas en las que podemos consumirla, pero… ¿Cuántas veces has intentado prepararla y se te ha cortado? ¿En cuantas ocasiones la has batido demasiado y se te ha quedado que parece mantequilla? Hay varios pasos o trucos muy sencillos que nos ayudarán a elaborar la nata montada casera perfecta.

Es importante que a la hora de comprar la nata para montar adquiramos la que mayor materia grasa contenga

A la hora de preparar cualquier postre o dulce que contenga nata, siempre podemos optar por un bote de los que venden en cualquier supermercado que vienen ya montada, pero el resultado final nunca será comparable al de la que montamos en casa.

A la hora de elegir qué nata compramos para montar, es importante que apostemos por la que suele venderse identificada como nata de montar. Esto se debe a que contiene una mayor cantidad de materia grasa que facilita el montado. Entre las diferentes marcas, los cocineros recomiendan optar por la que mayor porcentaje de grasa contenga.

Una de las claves principales para obtener un buen resultado es tener todos los productos y utensilios que vamos a utilizar muy fríos. La nata conviene tenerla bien fría por lo que debe guardarse en la nevera, e incluso hay quien opta por unos 10 minutos antes de prepararla dejarla en el congelador.  Pero no solo la nata, también es recomendable tener tanto el bol como las varillas que vamos a emplear bien frías.

En el caso del recipiente, es mejor que sea metálico ya que aguanta mejor la temperatura y también se puede guardar un rato en el congelador. Hay quien elige colocar el bol de nata sobre otro que tenga hielos a la hora de montarlo.

¿Cuándo añado el azúcar?

El azúcar se puede introducir en cualquier momento, es más, nos ayudará a que nuestra elaboración coja consistencia, pero hay quienes aconsejan hacerlo a mitad, cuando la nata está ya cogiendo cuerpo, y poco a poco, sin hacerlo de golpe. Otro truco puede ser el utilizar azúcar glas en lugar de azúcar blanco, ya que debido al almidón que contiene hace que quede más consistente.

Se puede montar tanto a mano como a máquina, aunque los más tradicionales afirman que a mano lograremos un mejor resultado porque el ritmo de batida será variable y esto ayudará a que la elaboración coja aire.

Por último, es tan importante no quedarse corto a la hora de montarla, como el no pasarse y que llegue a quedar con una textura parecida a la de la mantequilla. Por eso, al igual que ocurre con el merengue, sabremos que estará lista cuando al mover el recipiente la nata no se mueva.