Más que un tapón, lo de Prior Cork es una revolución. Como dicen sus creadores «un tapón mágico». De la mano de dos hermanos, Mikel Escudero, director comercial , y Joaquín Escudero, creador del invento, esta empresa surgió con el objetivo de crear el corcho perfecto para la sidra.
Es un invento ‘made in Euskadi’ que ya está en el mercado internacional
Tras analizar las características especiales de esta bebida, han desarrollado una revolucionaria gama de tapones que cumplen con las necesidades del producto, aportando gran valor añadido al embotellado final.
Como cuenta Joaquín Escudero, la idea surgió a raíz de querer «diseñar un tapón escanciador que fuese higiénico, práctico y reciclable, mejorando el corcho actual y poniendo así en valor la bebida».
La composición con la que está elaborado, precisamente, supone uno de sus grandes avances. Como explica Joaquín, «se trata de un material sintético (LDPE), utilizado en productos alimenticios que pasan los controles sanitarios más estrictos». Esta peculiaridad, unida a otras de sus características, suponen una considerable mejora: «Es un tapón inocuo, es decir, que al contacto con el líquido no transmite ni sabores ni otros agentes que puedan alterar o desvirtuar el sabor de la bebida».
Sus inicios
Lo cierto es que el sector sidrero, ante esta innovación, reaccionó «con mucha desconfianza, hasta que un grupo de productores innovadores y valientes decidió incorporar a la botella de sidra este tapón, que en poco tiempo se ha convertido en una seña de identidad de la sagardoa, tanto dentro como fuera de Euskadi».
Es más higiénico, inocuo, práctico y reciclable que el corcho actual
Por su parte, en el sector hostelero «el consumidor, sobre todo el más joven, no concibe ya la botella de sidra sin él. A la hora de comprar, el cliente se asegura de adquirir una marca de sidra que lo lleve incorporado». Asimismo, «los hosteleros ven que es más higiénico y práctico que otros existentes en el mercado y lo demandan a sus distribuidores o proveedores de sidra».
Como sucede en estos casos, sus inicios no han estado exentos de anécdotas, «pero hay una que nos llama la atención: muchos turistas piden al hostelero si se lo pueden llevar, a lo cual estos acceden, por supuesto».
Y es que comienza a ser extraño el caso en el que la botella de sidra no lo lleve. Como cuenta, «estamos en Euskadi, en un porcentaje muy alto, y aumentando día a día el número de sidrerías. Una vez contrastado, hoy es el día que el productor de sidra ve con buenos ojos el tapón escanciador y esperamos implantarlo en el 100% de las sidrerías de Euskadi de aquí a poco tiempo». Algo de lo que están tan seguros, «porque el consumidor final lo demanda y es el que tiene la última palabra».
Aunque no es necesario visitar nuestra tierra para toparse con él, «ya que nos encontramos presentes también en Cantabria y en negociaciones en Galicia. Nuestro próximo objetivo es Asturias, ya estamos en una de las principales sidrerías del territorio (o llagares como ellos los denominan) y mostraron mucho interés otros productores en las ferias Gourmet y Alimentaria, celebradas recientemente».
Otro nicho es la exportación: «El tapón está a su vez en todos los mercados internacionales donde están introducidos nuestros clientes».
Cada vez son más
Su idea sigue sumando tanto clientes como nuevas propuestas. En este sentido, otra de las facetas más curiosas de Prior Cork es la paleta de colores en la que los fabrican, de los que cuentan con una amplia gama. Afirman que «es otra ventaja más de este tapón, que lo hace vistoso y original. Como curiosidad, uno de nuestros clientes embotella en 8 colores distintos con bastante éxito».
Una familia de clientes que sigue creciendo día a día. Actualmente las sidras «Aburuza, Aginaga, Altzueta, Araeta, Aulia, Axpe, Begiristain, Egiluze, Gurutzeta, Iparragirre, Isastegi, Izeta, Oiharte, Ola, Otatza, Petritegi, Saizar y Txindurri-Iturri» ya apuestan por ellos «y se están cerrando algunos acuerdos con nuevas firmas».
Pero el mundo de la sidra no es su único objetivo. Y es que también se pueden encontrar otras bebidas comercializadas con su sistema, como «el txakoli. Y estamos en pruebas con unos vinos blancos de Rueda; solo queda esperar a que se atrevan a meterlo y ser innovadores en ese mundo».
Son conscientes de que para muchos de sus clientes se trata de una decisión arriesgada, por lo que «agradecemos a los consumidores el apoyo incondicional que nos están brindando en este invento ‘made in Euskadi’ que tiene mucho recorrido. Y a todas las sidrerías que han confiado en el tapón escanciador y a todas las que en un futuro lo van a implantar».