La sal en la repostería

Las mejores piezas de repostería llevan una pizca de sal [Foto: diariovasco.com]

Consejos culinarios

La sal, también en repostería

Aunque habitualmente relacionamos los postres y otros dulces con el azúcar, la sal puede ser también una perfecta aliada en la repostería

diariovasco.com | 29/03/2016 |

La sal también se utiliza en la repostería. De hecho, es conveniente usarla, siempre en su justa medida, para que nos ayude a conseguir los sabores y texturas adecuados en cada receta. Si sabemos cuándo echar sal en cualquier dulce, bollo, tarta… Éste sin duda ganará.

La sal en la repostería potencia sabores y texturas y actúa como conservante

Y es que la sal, en primer lugar, realza siempre el sabor de cualquier creación culinaria y en el caso de la repostería no iba a suceder lo contrario. Obviamente, habrá que echarla siempre en su punto justo para que potencie el sabor sin llegar a notarse la sal, que siempre será fina.

Además, la sal también actúa como conservante, colaborando a una mejor preservación de nuestra receta. Hay que destacar también que tiene propiedades bactericidas.

Si la receta requiere de una masa fermentada, la sal nos será de gran ayuda. En el amasado, la sal ayuda a aumentar la elasticidad y plasticidad de la masa, es decir, la hace más maleable, pero a la vez le da un mayor cuerpo.

También sirve para estabilizar la masa durante el periodo de fermentación, ya que frena la levadura para que ésta no crezca en exceso. La humedad que muchas veces suele aparecer en la masa también desaparece. A este respecto, hay que señalar que la sal debe echarse siempre en mita del proceso y no al comienzo del mismo, porque en este caso se mataría la levadura.

También en los huevos

La sal también nos vendrá bien a la hora de batir las claras de los huevos, porque una pizca de sal nos servirá para que el batido quede en su textura adecuada, es decir, esponjoso pero firme.

En el horno, si es que la receta así lo exige, la sal también tiene propiedades positivas para la repostería. En primer lugar, siempre colabora en la absorción de la humedad que pueda surgir de la mezcla, pero también sirve para mejorar el color de cualquier receta y, si ésta tiene corteza, como suele ser en la gran mayoría de los casos, suele ayudar a espesarla.

Por todo esto, esa pizca de sala que muchas veces se recomienda echar en las recetas de repostería resulta ser esencial a la hora de conseguir un resultado perfecto en nuestras creaciones culinarias.