Las hojas de los nabos, los grelos, son fundamentales en muchos platos gallegos y asturianos, pero se cultivan por la raíz, por el nabo. Algunas de las variedades existentes se destinan a forraje, a alimentación para los animales.
Es habitual en la gastronomía de las zonas frías, por eso tiene tanta presencia en Centroeuropa, donde fue sustituyéndose poco a poco por la patata. Suelen ser redondas y de piel blanca, aunque hay variedades muy alargadas.
Las hojas de los nabos, los grelos, tienen el doble de proteínas y fibras que la raíz
El nabo era apreciado ya por los antiguos griegos y romanos. Cuando mejor está, en su temporada, es cuando aparece el frío: a finales del otoño y en el invierno. Es evidente que, en la actualidad, se puede comprar en cualquier época del año.
Una de sus características es que tiene un bajo aporte calórico y es también una buena fuente de fibra. Cuenta también con una cantidad aceptable de vitamina C, al igual que de folatos. Éstos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, siendo buenos para las mujeres embarazadas.
Por lo que se refiere a los minerales, el nabo tiene un buen contenido de potasio, seguido de calcio, fósforo y yodo. Sorprendentemente, sus hojas, los grelos, suelen tener más nutrientes, aportando también el doble de proteínas y fibra que la raíz.
El escritor gastronómico Ángel Muro señalaba en su libro “El Practicón” que el nabo era la raíz más desdeñada “porque es muy dulzarrona y no tiene aroma. Tiene pocos amigos, y los que son de verdad son gallegos. Así que el nabo se emplea más como guarnición”.
Los nabos forman parte de platos de invierno en diferentes países. No sólo en Centroeuropa, sino también en lugares como Marruecos, donde suelen incluirlo en el cuscús, independientemente de que sea de verduras o de pollo. Es muy apreciado.
Poder de los grelos
Los grelos se utilizan cuando están tiernos, ya que cuando aparecen las flores se suelen endurecer y por mucho que los tengamos en agua hirviendo no se ablandan. Una de las características es que los grelos se cogen cuando aparecen las primeras puntas de las flores, las yemas. Es su momento idóneo.
Las hojas del nabo que se utilizan en la fase anterior también sirven para la cocina. Eso sí, cambia el nombre y se les llama nabizas. Tanto grelos como nabizas tienen un sabor muy agradable, con tintes un poco amargos y picantes.