Recalentar el arroz y que quede como el primer día es complicado, aunque aplicando la técnica correcta puede quedar estupendo sin mucho esfuerzo. Desde la olla hasta el microondas, todas las opciones pueden ser buenas si se utilizan de forma adecuada.
Para recalentar un arroz como el risotto lo mejor es añadir vino blanco y mantequilla
Si nos encontramos, por ejemplo, ante una paella o con un salteado la cosa es complicada, ya que también se deben tener en cuenta los ingredientes que acompañan al arroz, ya que podrían resecarse. Para recalentar ese tipo de plato hay varias opciones, todas ellas perfectas también para un arroz blanco.
Se puede utilizar una olla con agua e introducir el arroz en un bol para calentarlo al baño María; ésta es, sin duda, la técnica más respetuosa para el producto. Aunque también las hay más cómodas o rápidas, como la del microondas. En este caso, para que quede bien, se deben calentar raciones pequeñas, con el arroz bien extendido, y con un poco de agua.
Lo ideal es calentarlo a baja potencia y en periodos cortos, para poder sacarlo, removerlo y volver a meterlo, hasta que esté caliente. Cubrirlo con papel film ayudará a que el arroz absorba mejor la humedad y quede jugoso de nuevo.
Y si se quiere recurrir a la sartén para recalentar el arroz, lo mejor es utilizar una intensidad baja y añadir un poco de agua o de caldo, para que no se quede seco. En este caso, la clave está en calentar primero un poco de aceite, echar el arroz y mientras se añade el agua o caldo removerlo, dejándolo quieto a ratos, para que se pueda tostar un poco consiguiendo un exquisito ‘socarrat’.
Si por el contrario se va utilizar el horno para recalentar el arroz, lo mejor es humedecer el arroz con caldo o agua y calentarlo a baja temperatura.
Recalentar platos de arroz como risottos
Recalentar platos de arroz caldosos es bastante más sencillo, ya que el propio arroz se mantiene mejor en jugo, pero en el caso de los risottos, por ejemplo, tienden a apelmazarse y quedar pastosos.
A la hora de recalentar este tipo de arroz, lo mejor es derretir un poco de mantequilla en una sartén e incluir el risotto, humedeciéndolo con un poco de vino blanco, el mismo que se haya utilizado en su preparación, a ser posible. En caso de no tenerlo se puede utilizar agua, aunque es probable que pierda sabor.