Las hojas en una ensalada son un imprescindible a la hora de conseguir cuerpo, frescura y diferentes texturas, pero no es lo mismo utilizar una base de hojas de lechuga, que una de rúcula, canónigos o espinacas, por ejemplo.
Nutricionalmente, una alternativa muy interesante es la de incluir en la ensalada hojas de espinaca o acelga. Estos tipos de hortaliza presentan un alto contenido en calcio, hierro y vitaminas del grupo A y B.
Asimismo, la rúcula, los brotes tiernos y los canónigos incluyen también un gran porcentaje de calcio. Para hacerse una idea, 100 gramos de cualquiera de estas hojas supone un aporte de calcio similar al de un vaso de leche de vaca. Por lo que ayudan a fortalecer el cabello, los dientes, los huesos y las uñas. Además, entre otras bondades, contienen también vitamina C y E.
Aunque si hay una reina de todas las ensaladas, ésa es la lechuga, ya que a pesar de que estén pegando fuerte los brotes, la rúcula o los canónigos, este alimento fresco sigue contando con innumerables adeptos. Algo que no es de extrañar, ya que este tipo de hoja combate el estreñimiento, produce una gran sensación de saciedad, reduce la hipertensión arterial y resulta un potente diurético, entre otros muchos beneficios.
Qué hojas usar en la ensalada según nuestra salud
Aunque todas las hortalizas tengan sus efectos beneficiosos sobre nuestra salud, las propiedades de cada una de ellas las hacen más indicadas para unos u otros casos.
Por ejemplo, a las hojas de lechuga se le atribuyen grandes propiedades relajantes, por lo que esta verdura es especialmente recomendable para personas que sufren episodios de estrés, ansiedad, insomnio y otras patologías asociadas.
Por su parte, las personas que padecen de hipertensión o que deben seguir una dieta altamente depurativa, lo mejor es que opten por incluir hojas de endivia en sus ensaladas.
Los canónigos y espinacas pueden ser buenos aliados para quienes padecen anemia. Ya que además de tener mucho hierro, como tienen un alto contenido en vitamina C, se consigue una gran absorción del mismo.
En cambio, para quienes tienen problemas digestivos, lo mejor son la rúcula y la lechuga, aunque los canónigos también son recomendables.