El bouquet garni es un ramillete o conjunto de hierbas utilizado para dar sabor a platos elaborados como guisos. Tiene su origen en la cocina francesa, como bien refleja su nombre (bouquet garni significa ‘ramillete guarnecido’), aunque su uso se extendió hace ya tiempo por todo el Mediterráneo.
El bouquet garni es muy utilizado en sopas, cremas y estofados
Principalmente, podemos encontrar dos tipos de bouquet garni, el elaborado con hierbas frescas y el que se hace con hierbas secas. El primero de ellos se suele atar con hilo de cocina, aunque otra opción es enrollarlo con la parte verde del puerro.
Si se va a utilizar la parte verde del puerro, lo que se debe hacer es coger una hoja, colocar en el centro las hierbas que se quiera, y colocar encima otra de las hojas (creando un cilindro con la primera hoja de puerro).
El elaborado con hierbas secas, por su parte, se suele introducir en papel vegetal o bolsitas de estopilla fabricadas precisamente para este fin.
Combinaciones de hierbas para el bouquet garni
El bouquet garni es perfecto para dar sabor a las recetas cuidadas que se preparan con tiempo y mimo, pero no tener en cuenta las propiedades de las diferentes plantas puede arruinar todo el trabajo, enmascarando el sabor o combinando sabores que no casan bien.
En este sentido, hay hierbas más suaves y otras más fuertes cuyos aromas es mejor conocer antes de ponerlas juntas. Por un lado, dentro de las más utilizadas, las consideradas suaves serían el laurel, el perejil, la albahaca, el eneldo o la mejorana. Por otro lado, las más fuertes o potentes serían el estragón, el romero, el tomillo y la salvia.
Por lo tanto, a la hora de preparar los saquitos y ramilletes es recomendable incluir una hierba suave y una fuerte, o dos suaves y una fuerte. En ningún caso se recomienda incluir dos de las consideradas potentes juntas, ya que darían demasiado sabor a la preparación.
Para evitar que el sabor del bouquet se imponga, también es importante tener en cuenta el tamaño, ya que el ramillete deberá ir proporcionado a la cantidad de alimento o caldo en el que vayamos a introducirlo.