Se encuentra con facilidad en cualquier pastelería y, en el fondo, es una secuela del Baba al Ron, postre que tiene ya unos siglos. El Baba tiene forma de corona y la masa es de brioche, más ligera que la del bizcocho, está leudada y está remojada con almíbar y ron. Viene realizándose desde el siglo XVIII. El destituido rey de Polonia Estanislao Leszczynska (1677-1766) tenía fama de glotón. Vivía con su corte en la localidad francesa de Nancy con su hija María, que acabaría casándose con el rey Luis XV.
Los bizcochos ‘borrachos’ tienen su origen en el baba al ron
Hombre culto el polaco, amante del teatro, la música, la gastronomía…, la pastelería era su debilidad. Hay un pastel clásico en esa zona del este europeo, el “kouglof” del que se cuenta que evoca a una anciana, a la “baba” eslava. A Estanislao le gustaba regar su “kouglof” con vino Málaga dulce, que en aquellas épocas estaba de moda en las cancillerías europeas y era muy cotizado.
Cuentan, en una extraña simbiosis, que su héroe preferido era Alí Babá, por lo que denominó al pastel que él se preparaba con el nombre de Babá. Circunstancias de la vida sirviendo en su castillo había un cocinero llamado Stohrer, quien observó el pastel que gustaba al rey y se planteó modificarlo.
Cuando María Leszczynska fue a París para casarse y vivir con el rey francés, el cocinero Stohrer fue con ella. Pero una vez allí lo que hizo fue abrir una pastelería y vender el nuevo pastel con gran fortuna.
Le puso menos mantequilla y le añadió uvas pasas. Una aportación importante fue que embebió el pastel, una vez frío, en un jarabe, en un almíbar muy caliente. Luego lo rociaba, lo bañaba con ron. Los parisinos quedaron rendidos ante esta nueva oferta dulce. Este pastel, brillante, oloroso, combina estupendamente con crema de vainilla. También le sienta muy bien el albaricoque.
Savarin
De un producto, de una invención, suele salir otra nueva. En ocasiones se queda como una mera imitación. En el París de 1844 los hermanos Julien, pasteleros, presentaron el Savarin (en honor del gran gastrónomo Brillat-Savarin).
Viene a ser una masa de Babá, eso sí, sin uvas, realizada en forma de corona y que está mojada en una mezcla, en un jarabe de azúcar y ron. Está relleno de crema pastelera. Este es el Baba que habitualmente conocemos, que se suele ofrecer.