Un plato con membrillo

El membrillo, un postre cada vez menos frecuente [Foto: diariovasco.com]

Fruta otoñal

Recuperemos el membrillo

Hace unos cuantos años, apenas décadas, era un ingrediente habitual en nuestras mesas. Hoy en día tiene una presencia casi testimonial, constreñida a ser un acompañamiento del queso y de las nueces cuando sirven el postre en algunos restaurantes. De ser pieza relevante a casi pasar al anonimato.

diariovasco.com | 24/09/2015 |

Si le enseñamos a cualquier niño una pieza de membrillo cruda y le preguntamos, no sabrá decirnos el nombre de la fruta. Pero los mayores saben que cuando se compra en el mercado tiene que tener un color amarillento y estar compacta. Saben también que aguanta muchos días, casi tres meses, desde que se ha cogido la pieza del árbol. Y sobre todo, saben que no se puede comer cruda porque es astringente.

Los griegos daban el membrillo a los recién casados antes de su primer beso

Sin embargo todo cambia en esta fruta otoñal cuando se cocina. La mejor prueba es hacerla las mitades al horno con azúcar por encima. El sabor es otra cosa, pero el olor con el que se inunda la casa no tiene precio.

El membrillo es base de mermeladas, fundamentalmente porque tiene mucha pectina, que sirve para unir, para “amasar” las frutas, el jugo y el azúcar. Dada la pectina que tiene, dadas sus propias capacidades, cuando se trabaja únicamente el membrillo y el azúcar se consigue un resultado duro, moldeable incluso. Por eso se le llama Carne de Membrillo.

Para los antiguos griegos, también para los romanos, era un ingrediente que solía estar presente en sus cocinas. Apicio, en sus recetas, incluye una explicando la manera de conservar los membrillos, que era cociéndola en miel. Los griegos, anteriormente, lo ofrecían a los recién casados antes de entrar en el dormitorio para que el primer beso tuviera un sabor agradable. Es más, los membrillos estaban consagrados a Afrodita, que era la diosa del Amor.

Ha sido un producto con gran presencia en el imaginario colectivo: “El veranillo del membrillo”, así se define en algunos lugares a los días calurosos que suele haber cuando finaliza el verano y entra el otoño. En Estados Unidos le llaman Indian Summer (hay una canción de los Doors con este nombre) o “l’été de Saint Denis” en Francia.

No tiene grandes propiedades para el organismo, más allá de la pectina. Eso sí, hay que tener cuidado al ingerirlo porque siempre se suele tomar preparado con una gran cantidad de azúcar, al igual que las mermeladas. Por ello, hay que ser moderado a la hora de tomarlo. Sin excesos.

Caballeros

Luis Lobera de Ávila, en el Banquete de los Nobles Caballeros (siglo XVI) señala que “los gruesos, odoríferos, son los mejores. Confortan el estómago, despiertan el apetito, causan alegría, mayormente si se usan asados”.

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