Muchas veces es más sencillo identificar qué es aquello que no nos conviene que conocer qué es lo que mejor nos sienta. Este es el caso de los alimentos y el corazón, ya que a menudo sabemos cuáles nos harán más propensos a sufrir enfermedades cardiovasculares, pero no siempre tenemos claro cuáles nos ayudarán.

Dos tazas de té verde al día o ajo crudo pueden ayudar a nuestro corazón

Empecemos por dos sorprendentes: el chocolate negro y el vino tinto. Siempre con moderación, ambos nos pueden ayudar a nuestra salud cardiovascular. El chocolate negro, con al menos un 70% de cacao, ayuda a la flexibilidad de las arterias y evita que los leucocitos se peguen a las paredes de los vasos sanguíneos, dos acciones vitales para evitar la ateroesclerosis. El vino tinto, por su parte, posee unos antioxidantes que de proporcionan un efecto vasodilatador, además de antiinflamatorio, lo que previene el daño vascular.

Dentro de las frutas, destacan las fresas y las naranjas. Las fresas, con sus flavoniodes, dilatan las arterias y controlan la tensión arterial. Los arándanos también tienen estos efectos en la salud cardiovascular. Las naranjas, mientras tanto, aportan, sobre todo en zumo, flavanonas, antioxidantes y fibra.

De entre los pescados, el salmón es el ‘rey’ en lo que a beneficios cardiosaludables se refiere. Es un alimento proteico, con pocas calorías y poca grasa. Incrementa también la fluidez de la sangre y aporta triglicéridos al organismo.

Más conocidas son las bondades del aceite de oliva, que contiene grasas monoinsaturadas y, consecuentemente, cardiosaludables. Si ese aceite de oliva es virgen extra, aportaremos a nuestro organismo Vitamina E y antioxidantes. Mejoran la hipertensión, bajan el colesterol ‘malo’ y suben los niveles del ‘bueno’.

Dos tazas de té verde

La Fundación Española del Corazón pone el foco en el té verde y recomienda dos tazas al día con esta infusión. Estimula nuestro cerebro y nos ayuda a combatir el sobrepeso y el cáncer. En lo que al corazón se refiere, contribuye a disminuir los niveles altos de grasa en sangre gracias a su alto nivel de antioxidantes.

El ajo, por su parte, es especialmente efectivo ante una cirugía de corazón o tras un ataque al corazón. El ajo reduce la placa arterial, así como la tensión, y equilibra el colesterol. Eso sí, la recomendación para que su efectividad sea mayor hay que comerlo en crudo.