Sin embargo, debemos desechar la idea de que el microondas puede con todo porque hay alimentos y recipientes que reaccionan tan mal que incluso pueden originar un pequeño incendio. Preparar unas palomitas antes de disfrutar de una buena película en casa, elaborar pequeños pasteles en lugar de utilizar el horno o calentar una taza de café, todo ello en pocos minutos, son algunas de las ventajas que nos ofrece este pequeño aparato doméstico. Pero si intentamos cocinar un huevo en su interior, las consecuencias serán de arrepentirse.
Las guindillas desprenden sustancias que pueden irritar ojos y garganta
Los huevos a las altas temperaturas que genera el microondas generan un vapor que se acumula en su interior. La cáscara compacta impide que esta sustancia encuentre una salida por la que escapar, por lo que se concentra hasta generar una pequeña explosión. Cocinar un huevo fresco en el microondas provocará que nos quedemos sin comida y con un importante desaguisado que limpiar.
La fruta tampoco es del todo compatible con este pequeño y útil electrodoméstico, por lo menos algunas clases. Es el caso de la uva, que no soporta altas temperaturas y estallan. Las guindillas podrán pasar el trance sin mayores problemas, pero en cuanto abramos la puerta del microondas nos llegarán sustancias volátiles procedentes de este alimento que nos irritarán ojos y garganta.
Recipientes
Los recipientes también generan bastantes problemas. No es raro haber cometido el error de introducir un plato con comida restante del día anterior en el microondas para calentarlo y volver a disfrutar de todo su sabor. Sin embargo, si este recipiente tiene algún hilo dorado, como suele ser habitual, puede ser el inicio de un fuego, al igual que ocurre si se nos ocurre meter papel de aluminio.
Otro envase que resulta problemático es el de yogures, margarinas o cremas, que están pensados para un solo uso. Si decidimos lavarlo y guardarlo para introducir posteriormente algún tipo de alimento, al calentarlo en el microondas sus efectos calentarán mucho el recipiente y se derretirá o transmitirá al contenido partículas contaminantes.
Algo similar ocurre con las bolsas de papel, que en su mayoría contienen tiras de metal. Al entrar en contacto con las altas temperaturas, provocan un pequeño incendio que, como poco, nos puede asustar. El plástico es otro buen ejemplo de materiales que dentro de un microondas generan fuego, por lo que debemos tener mucho cuidado y no introducir nada que pueda contenerlo, incluidos los recipientes de polietileno tan habituales en bandejas de comida rápida a domicilio, los tuppers o los termos.