Un colador limpio

Limpiar bien un colador lo conserva en buenas condiciones por más tiempo [Foto: diariovasco.com]

Higiene

Limpiar un colador y que quede perfecto es posible

Limpiar un colador puede parecer a menudo una tarea imposible, pero existe la forma de hacerlo y que quede impoluto.

diariovasco.com | 11/07/2017 |

Limpiar un colador es algo que nos vemos muy acostumbrados a hacer pero que rara vez realizamos de manera eficaz. Tras colar la pasta o verduras, lo más habitual es pasar el colador por un poco de agua, o incluso frotarlo con un poco de jabón y guardarlo, sin más.

El problema es que la estructura del colador, sobre todo en el caso de los tradicionales de metal, cuya rejilla es muy pequeña, atrapa residuos que con un estropajo rara vez se consiguen eliminar. Pero existen ciertos trucos que nos pueden ayudar a limpiar el colador a la perfección.

Un cepillo de dientes es perfecto para limpiar los residuos de un colador

La mejor opción es coger un bol en el que quepa el colador, y rellenarlo con agua caliente y jabón. Una vez listo se introduce el colador, y con la ayuda de un cepillo de dientes, se puede ir retirando la suciedad.

La clave de esta técnica es la forma de utilizar el cepillo, ya que el truco no está en frotar sino en ir clavando el cepillo en los agujeros, de forma que las cerdas entren en los agujeros haciendo salir los restos de comida.

Cuando se hayan conseguido retirar todos los restos, y para finiquitar la limpieza, se debe pasar el colador por el chorro de agua fría hasta que se haya ido todo el jabón.

Limpiar un colador con suciedad persistente

Si se ha probado esta técnica y el colador sigue teniendo residuos que persisten, hay otro truco que puede servir para limpiar nuestro colador. En este caso se necesita únicamente una olla de agua.

Es importante que el colador quepa en la olla pero su tamaño permita sumergir la malla dejando el asa fuera, para poder cogerlo después sin quemarnos. En este caso, si el asa es de plástico, se debe tener cuidado de no apoyarla en la olla, ya que corre el riesgo de quemarse.

Una vez escogida la olla, se llena de agua y se pone a hervir. Cuando llegue al punto de ebullición se introduce el colador y se deja unos minutos. En principio con tenerlo sumergido debería bastar, aunque si la suciedad no se va se puede utilizar la técnica del cepillo, ya que el calor habrá ablandado la suciedad.

Es importante no añadir ningún tipo de jabón al agua, dado que puede reaccionar con el calor y estropear la olla.