El brócoli, además de resultar todo un manjar que podemos conservar durante varios días en perfecto estado en el frigorífico, es una gran fuente de vitamina C, con apenas calorías.
Para aquellos que aman el brócoli, pero quieren disfrutar de su sabor en nuevos formatos, y para aquellos que todavía se muestran reticentes a incluirlo en su dieta habitual, existen diversas opciones de preparación y acompañamiento que a menudo pasamos por alto.
La combinación de brócoli y pasta, por ejemplo. Es una clásico en la cocina oriental incluir vegetales con los tallarines, aunque en nuestra gastronomía no es tan común. Los tan de moda tallarines para llevar, por ejemplo, encuentran en el brócoli el aliado perfecto.
Si quieres preparar una exquisita receta asiática, en pocos minutos y con pocos ingredientes, solo necesitas brócoli, tallarines, pollo y salsa de soja o teriyaki. Se trata de un plato sencillo, que ofrece un gran resultado y te hará disfrutar del brócoli como nunca antes.
Las hamburguesas caseras de brócoli son saludables y fáciles de hacer
Es tan sencillo como hacer el brócoli a la plancha o al vapor, cortado en trozos pequeños, y después añadir pedazos de pollo, ya sea deshuesado o cortado en tiras extraídas de pechugas. Cuando la pasta esté cocida se añade a la sartén, o al wok en caso de que tengamos, y finalmente se añade la salsa, recordando que es bastante salada, por lo que conviene no abusar.
De hecho, la salsa de soja y el brócoli dan lugar a una combinación perfecta. Si se prefiere prescindir de la pasta, un plato de brócoli a la plancha con un poco de salsa de soja no necesita nada más para estar de rechupete.
Hamburguesas de brócoli
Las hamburguesas vegetarianas están cada vez más de moda, así que si preparamos hamburguesas de carne en casa, ¿por qué no de brócoli?
Es tan sencillo como cocer los ramilletes de brócoli y trocearlos bien picados cuando se hayan ablandado. Después se le echa un huevo batido y pan rayado para ligarlo un poco y se hacen bolitas. Es tan sencillo como comprimirlas mucho y aplastarlas con fuerza para que no se deshagan. Y a la sartén.