Evitar las manchas de vino en el mantel es un problema que no se debe abordar cuando ya existe, sino antes. Y es que aunque suene complicado evitar que esa gotita que recorre la botella cada vez que alguien se sirve acabe en el mantel, es posible.

Existen diferentes tipos de accesorio antigoteo dependiendo de las características de la botella y el evento

Para evitar el cerco hay varias opciones. Una de ellas es un aro de metal que se puede adquirir en diversos establecimientos. Se trata de un aro cuyo interior está forrado con una tela o goma, normalmente un material similar al terciopelo, que se coloca en el cuello de la botella, más o menos por la mitad, y para las gotas cuando estas se deslizan por la misma. Su interior de tela absorbe la gota, por lo que esta no sobrepasa el aro de metal.

Aunque si no se encuentra este utensilio, hay otro que también se coloca en el cuello de la botella, esta vez en su extremo. Se trata de unos discos de aluminio que se enrollan a modo de tubo adaptándose a la anchura interior del cuello de la botella. Estos discos cuentan con una pequeña marca por la que se debe dejar fluir el vino.

El mismo sistema antigoteo, pero con un diseño más elegante y refinado, es el que utilizan las boquillas de cristal. Se trata de un cilindro que se coloca en la boca de la botella y en el cual también podemos encontrar la misma marca que en los discos, por la que se debe dejar fluir la bebida.

Otras alternativas

Si no nos fiamos del todo de este tipo de inventos, hay dos opciones. Una, recurrir al clásico posavasos y estar toda la comida pendientes de que los comensales no apoyen la botella en el lugar indebido. O, dos, optar por las botellas de vino que incluyen el sistema antigoteo.

Aunque con el capuchón no se puede ver si una botella cuenta con este sistema, se puede consultar antes de ser adquirida. Estas botellas cuentan con lo que se podría denominar un doble aro. Es decir, además de tener el acabado del cuello de la botella, incluyen un aro más finito justo al extremo. Para atravesar el surco que se forma entre un aro y el otro la gota debería llevar una fuerza, que en este caso no lleva, por lo que el vino se queda ahí retenido.