Las moscovitas, una dulce tentación

Las moscovitas, una dulce tentación [Foto: diariovasco.com]

Dulces

Las moscovitas, una deliciosa tentación

Las moscovitas son unas famosas galletas creadas por la familia Gayoso hace más de un siglo que conquistan el paladar de todo el que las prueba.

diariovasco.com | 25/07/2018 |

Las moscovitas son una maravilla. Originariamente en una pequeña repostería en Luarca y desde 1926 en la conocida Confitería Rialto ovetense, la familia Gayoso lleva más de un siglo deleitando a los más exigentes paladares con esta deliciosa tentación. Hasta Madrid llegó el negocio de estas magníficas galletas de almendra y chocolate, que sorprenden de entrada por su ínfimo peso y deslumbran después por su embriagador sabor, con el que conquistan a cualquiera.

Inicialmente, las moscovitas se pensaron como pastas de té, pero su éxito fue tal que los clientes empezaron a acudir a Rialto exclusivamente a por ellas, convirtiéndolas muy pronto en el indiscutible producto estrella.

Las moscovitas sorprenden de entrada por su ínfimo peso y deslumbran después por su embriagador sabor

La tercera generación decidió dar el salto a Madrid porque “había mucha demanda y los envíos se rompían por el camino”, pero ha sido la cuarta quien ha decidido ponerlas a la venta a través de internet, todo un acierto. Reciben pedidos desde un pequeño pueblo de Irlanda hasta Dubái.

Elaboradas de forma completamente artesanal, a mano y una a una, las moscovitas son como copos de nieve, no hay dos iguales, y como su sabor es sencillamente indescriptible, lo mejor es probarlas.

Cómo preparar moscovitas

La receta de la familia Gayoso es un secreto muy bien guardado, patentado e imposible de descubrir, pero el resultado de la siguiente receta se acerca bastante a los delicados bocados de almendra y chocolate que ofrece Confitería Rialto.

Para elaborar estas más que aceptables versiones de las moscovitas sólo hacen falta estos ingredientes: almendra Marcona de buena calidad cruda en granillo, azúcar blanquilla, nata 38% materia grasa, harina de trigo, chocolate y papel de horno.

Además, el proceso es muy sencillo. Se ponen en un cazo al fuego la nata y el azúcar, removiendo constantemente hasta que el azúcar se disuelva. Cuando la nata hierve, se retira del fuego y se le añaden la almendra y la harina. Se remueve hasta integrar todos los ingredientes en una pasta bastante espesa.

Se cubre la bandeja del horno con papel y se colocan sobre él montoncitos del tamaño de una nuez, espaciándolos bastante, ya que durante el horneado crecen. Se hornean durante ocho minutos a 170ºC y se retiran hasta que se enfríen bien. Se funde el chocolate al baño maría y se unta sobre el revés de cada galleta con una cucharilla o paleta. Dejarlas sobre el papel o una bandeja hasta que se templen.