Entre los postres más populares sobre la faz de la tierra probablemente haya muchos que ya conozcas, y que de hecho veas imprescindibles en la lista, aunque quizás haya otros que te sorprendan como los ‘pastéis de Belém’.
Varios de los postres más populares del mundo surgieron en las cortes de grandes príncipes
Este postre se encuentra en el ‘top ten’ de postres populares, aunque en muchos sitios se les conoce con nombres diferentes. Originarios de Portugal, son similares a los clásicos pasteles de nata y consisten en unas tortitas de crema elaboradas con un receta secreta de hace más de 200 años. Según se dice solo la conocerían tres personas en el mundo.
Las ‘crepe suzette’ son otro de esos postres que se han popularizado con los años. Cuenta la leyenda que esta preparación se descubrió sin querer en un viaje del príncipe de Gales a Montecarlo. Parece ser que mientras cenaba con sus acompañantes el chef derramó e incendió sin querer el licor de mandarina sobre las crepes, dando lugar a un postre que agradó a todos.
El nombre se lo debe a la hija de uno de los comensales. En la actualidad, las crepes están rellenas de una salsa de mantequilla, azúcar y zumo de naranja o mandarina.
Los postres más populares y conocidos
Hay tantos postres populares que no podríamos meter todos en un artículo, pero en él no podían faltar la tarta Sacher (receta mundialmente famosa de tarta de chocolate) y la ‘crème brûlée’.
Parecer ser que la tarta Sacher surgió a manos de un joven de tan solo 16 años, llamado Franz Sacher. Cuentan que en el año1832 el príncipe austriaco Wenzel Clemens de Metternich pidió un postre a su chef con el que sorprender a sus invitados, pero ese día el chef cayó muy enfermo y Sacher le sustituyó, creando un dulce cuya fama rápido se haría con todos los palacios europeos.
Y de chefs de príncipes va la cosa, porque el otro tan popularizado postre bautizado como ‘crème brûlée’ vio la luz gracias a François Massalot, chef del príncipe Felipe de Orleans, quien recuperó la crema catalana pero con una variación.
Resulta que al príncipe no le agradaba que este dulce se enfriara tan rápido, por lo que el chef ideó una capa de caramelo que mantenía el calor de la crema.