El arroz rojo debe su color a su cáscara o salvado, la cual no se elimina para su distribución y consumo. Así, además de ofrecer un color peculiar a nuestros platos, supone un gran aporte de fibra y una buena fuente de nutrientes.
El arroz rojo es una rica fuente de zinc, magnesio y vitamina B6; su sabor es más intenso
Muy presente en la cocina china, esta clase de arroz porta innumerable beneficios, entre los que destaca la producción natural de lovastatina. Se trata de una sustancia que reduce el colesterol y los trigilicéridos y, de hecho, es muy utilizada en la elaboración de fármacos contra el colesterol. Pero no solo contribuye al control del colesterol malo (LDL), ya que, además, entre sus bondades se encuentra la de aumentar el colesterol bueno (HDL).
Para aquellos que deban controlar su azúcar en sangre, como pueden ser los diabéticos, el arroz rojo puede formar parte de la dieta regular sin problemas, ya que presenta un reducido índice glucémico ayudando a controlar el azúcar en sangre.
En cuanto a su contenido en minerales, destaca el zinc, que contribuye a mantener en buen estado el sistema inmunológico. A su vez, contiene grandes cantidades de magnesio, importante para la salud de los dientes y los huesos, así como vitamina B6, primordial para el correcto funcionamiento de los órganos y sustancia que contribuye a la producción de serotonina.
Cocinar arroz rojo
El arroz rojo es una opción muy popular en las preparaciones por su componente estético, ya que su color aporta vida a los platos además de ser muy saciante. Cabe destacar que su sabor es algo peculiar y más intenso que el del arroz integral o blanco. Su aroma tiene ciertos matices a frutos secos que pueden recordar a nueces.
Al tratarse de un grano entero (integral), su tiempo de cocción es mayor que el del arroz blanco. Para tenerlo listo se pueden necesitar alrededor de 45 minutos. En todo caso, si se quiere acortar ese tiempo, se puede dejar una noche a remojo, al igual que se hace con las legumbres.
Es importante escoger la opción ecológica, ya que el salvado se encuentra en contacto directo con el exterior y con los agentes implicados en su cultivo. Aún y todo se deberá limpiar bien antes de ser cocinado para eliminar cualquier posible residuo.