Piel crujiente pollo y pescado

Conseguir una piel crujiente en el pollo o el pescado es todo un arte [Foto: diariovasco.com]

Trucos

Cómo conseguir una piel crujiente para el pollo o el pescado

Una piel crujiente es la clave de todo buen pollo asado o lomo de pescado con piel, y conseguirlo es posible con estos trucos

diariovasco.com | 07/04/2017 |

Obtener un piel crujiente parece una tarea complicada, y es que si dejamos el género demasiado tiempo al calor corremos el riesgo de que seque, y si lo ponemos muy fuerte pero durante poco tiempo, puede que no se haga, así que... ¿Cómo lo consigo? Es la pregunta que se nos pasa por la cabeza en esos momentos.

Salar el pescado y dejarlo reposar es importante para conseguir una piel crujiente

Cada alimento tiene su secreto, y seguro que cada cocinero tiene sus técnicas, aunque hay ciertos trucos que nos pueden ayudar, con un poco de práctica, a conseguir esa exquisita piel.

En el caso de los pescados, es muy complicado calcular el límite para que no se nos seque, además como su carne tiende a ser delicada, no lo podemos mover demasiado.

Lo primero, en el caso de tener delante, por ejemplo, un lomo de pescado, es eliminar la humedad al máximo, lo que conviene hacerse tanto en la zona de la piel como el resto del lomo, con la ayuda de un poco de papel de cocina. Después se sala por ambos lados y se deja reposar entre 10 y 15 minutos, de forma que la sal absorba la máxima cantidad posible de humedad. Y cuando haya reposado, se vuelve a secar de nuevo.

Una vez preparado se pone en la sartén, a la que previamente habremos añadido un poco de aceite. Cuando esté bien caliente, primero se coloca hacia abajo el lado de la piel, hasta que quede bien tostado, y después se le da la vuelta haciéndolo por el otro lado a nuestro gusto. A la hora de emplatar es importante poner el pescado con la piel hacia arriba, ya que en caso contrario la humedad y jugosidad bajará hasta la piel ablandándola de nuevo.

Una perfecta piel de pollo crujiente

Sin duda, uno de los grandes placeres culinarios de esta vida es comerse un pollo cuya piel cruja al hincarle el diente. Para conseguir este efecto en nuestra receta de pollo asado podemos ayudarnos de ciertas claves.

Lo primero y más importante es no salar la piel del pollo, ya que, como hemos comentado con el pescado, la sal atrae la humedad. Es mejor añadir la sal entre la piel y la carne.

Además, un buen truco es calentar el horno, antes de meter el pollo, con una cazuela grande dentro. Al meter el pollo al horno lo pondremos dentro de la olla, la cual estará muy caliente, por lo que hará las funciones de ‘plancha’ sobre la superficie del pollo con la que esté en contacto.

Para conseguir una piel crujiente lo mejor es apoyarlo sobre la superficie de la olla 15 minutos por cada lado, es decir, rotando su posición, y empezando siempre por las alas para terminar con la pechuga. Y es que al colocarlo con la pechuga hacia abajo, toda la jugosidad bajará hacia ella, y esta es la parte que se queda siempre más seca.