Acompañar el queso de la manera idónea es casi tan importante como elegirlo. Si se tienen invitados en casa y se quiere preparar una tabla de queso o en el caso de querer contar con un picoteo refinado siempre a mano, tener un queso con su respectivo aderezo es clave.
La miel es perfecta para acompañar el potente aroma del queso azul
A la hora de escoger el sabor con el que vamos a acompañar el queso, se deben tener en cuenta las características del queso, ya que las opciones son infinitas. Miel, mermelada, frutas, frutos secos, diferentes panes o vino son algunas de las opciones más populares.
Si lo que buscamos acompañar es un queso azul, conocido por su fuerte olor y sabor, lo ideal es optar por la miel. La ventaja de este acompañamiento es que, por sus propiedades, se podría decir que la miel no tiene fecha de caducidad, por lo que no hay que consumir todo el tarro de una vez y podemos tenerla siempre en casa por si aparece una visita inesperada.
Reducciones de balsámico o membrillo son perfectos, por su parte, para acompañar quesos curados, ya que se obtiene un contraste perfecto. Además, debido a su alto contenido de azúcar, se mantienen en buenas condiciones también, durante mucho tiempo.
Y en el caso de quesos en crema, acompañar el queso con un poco de mermelada, como puede ser la de tomate. De esta clase, el camembert es todo un acierto servido en caliente, una alternativa muy llamativa y sencilla. Este queso se puede servir como entrante, es muy rápido de preparar y queda muy lucido, dado que se suele presentar en su propia cáscara, con la parte superior abierta a modo de tapa.
Y si lo que se busca es una gran variedad, no solo de sabores, sino también de texturas, frutas como manzana, uvas o higos, frutos secos como nueces o avellanas y un buen vino, son siempre una forma acertada de acompañar el queso.
¿Qué tipo de pan uso?
Un imprescindible a la hora de servir queso es acompañarlo de pan, para lo que también existen ciertas pautas que nos pueden ser de gran utilidad. Por ejemplo, en el caso de los quesos en crema o ligeros, pequeños panecillos crujientes son lo mejor, como pueden ser crakers o picos.
Para los quesos fuertes, como los azules o incluso para los de pasta cocida, como el emmental, los panes con cierto toque dulce son un gran aliado. Aunque si lo que se busca es un pan versátil, que pueda acompañar una tabla compuesta por varios tipos de queso diferentes, el clásico pan de hogaza, de leña o simplemente cualquier elaboración artesanal son lo más práctico y se obtiene un buen resultado.