Hay ciertas claves para combinar ingredientes y sabores que nos pueden venir muy bien a la hora de elaborar nuevas recetas o mejorar las que ya manejamos. Para aquellos que se inician en la cocina también, seguir estas pautas les ayudará a acertar en sus primeros coletazos.
A la hora de lanzarnos a elaborar una receta se deben tener en cuenta los sabores de los ingredientes que vamos a utilizar, que deben ser diferentes ya que el contraste es lo que da lugar a un buen resultado, haciendo que resalte el gusto de cada elemento.
La mezcla de dulce y salado, por ejemplo, es uno de los primeros principios de la cocina y las bases de cualquier plato. Reflejo de ello es el gran uso que se hace de la cebolla en la mayoría de los platos salados de la cocina española. Este ingrediente, de naturaleza dulce, ayuda a potenciar los sabores de cualquier plato. Otro archiconocido ejemplo es el clásico melón con jamón.
Cocinar puede ser fácil si se sabe cómo combinar los sabores
Un compañero menos habitual del dulce, pero más rompedor, es el picante. Esta combinación es menos habitual en la cocina, pero resulta también todo un acierto. Una receta interesante y fácil de preparar de dulce y picante son las alitas de pollo, a menudo aderezadas con salsas de miel y mostaza, dos sabores opuestos que casan a la perfección.
Algunas combinaciones son más habituales en entrantes, primeros y segundos platos, y otras en postres. Éste es el caso de la fusión de dulce con ácido, una mezcla por la que se suele apostar como colofón de una comida. Muchas frutas llevan ya intrínseca esa fusión en su naturaleza, una combinación de sabores que es imitada por muchos postres como pueden ser el sorbete de limón o las frutas con chocolate.
Algunos comodines para combinar sabores
Hay ciertos alimentos que, al margen de estas pautas, aseguran el éxito del plato, sea cual sea su acompañamiento.
Este es el caso por ejemplo de la mantequilla. Este ingrediente cuyo sabor es difícil de clasificar aporta grandes resultados cuando se utiliza para realizar frituras u otras preparaciones. Por ejemplo, a la hora de preparar platos salados como carnes o pescados, aporta aroma y una textura crujiente si nos ayudamos de pan rallado.
Las patatas son uno de los alimentos con los que también podemos jugar, ya que se adapta a todo tipo de sabores y texturas.