Cocinar al vapor es muy sencillo. Esta técnica consiste en colocar los alimentos sobre una parrilla o una superficie con agujeros sobre un recipiente con agua hirviendo debajo. Aunque con el auge que está viviendo en la actualidad, ya han surgido nuevos métodos y utensilios.
De esta forma, los alimentos se cocinan de forma lenta con el vapor generado por el líquido en ebullición sobre el que se encuentra suspendido. La receta tradicional entiende la cocina al vapor como resultado del agua en ebullición, aunque existen otras variantes que hacen que las recetas cobren más vida. En su lugar, se puede utilizar caldo de carne, pescado o verduras, agua con hierbas o especias, agua perfumada con vinos o licores, o agua con cualquiera de los aromas que queramos aportar a la preparación. Uno de los grandes beneficios de la cocina al vapor es que al no entrar en contacto los ingredientes con ninguna grasa, ni el agua, conservan gran parte de las propiedades.
La cocina al vapor respeta más las propiedades de los alimentos y es más sana
Hay varias formas de utilizar esta técnica, y además ahora podemos encontrar en el mercado diversos utensilios para conseguir el mismo resultado. Existen desde hornos de vapor, vaporeras de alta precisión o marmitas, hasta los sistemas más caseros. Los primeros son algo más costosos, aunque dependiendo del uso que le vayamos a dar podemos optar por unos u otros.
Si no contamos con ningún utensilio específico para cocinar al vapor, podemos hacerlo con otros utensilios habituales de cocina. Podemos conseguir un buen resultado con una cazuela u olla, la tapa de la misma y una parrilla como puede ser las que se utilizan para el horno o el microondas. El proceso es sencillo, se llena la cazuela más o menos por la mitad con el agua o líquido queramos utilizar para cocinar los alimentos. Y se coloca encima la parrilla de forma que no entre en contacto con el agua. La tapa hará que el vapor impregne bien los alimentos y no se escape.
No tiene más misterio que la paciencia, ya que cocinar al vapor requiere algo de tiempo. Para hacerse una idea, un filete de pescado tarda entre 4 y 5 minutos, si se trata de un lomo de pescado, entre 10 y 15 minutos, y si por ejemplo queremos preparar una verduras cortadas finas, tardará alrededor de 15 minutos.
Los alimentos que mejor quedan cocinados al vapor son los pescados, mariscos y verduras. Con esta técnica además de los nutrientes y el aspecto natural, mantienen mejor también la jugosidad. Además mantienen mejor los sabores propios de los ingredientes. Aunque también se puede utilizar para carnes, en este caso no es demasiado recomendable, ya que quedan algo insípidas. En el caso de pechugas de pollo o similares, un buen truco es macerarlas con hierbas y especias antes de someterlas a la cocción.
Otros trucos
Aunque no requiera de una técnica depurada, hay ciertos trucos con los que conseguiremos un resultado perfecto.
- Salar los alimentos después de haberlos cocido al vapor. Esto hará que conserven mejor su aspecto, firmeza y colores, este truco favorece especialmente a las verduras.
- Mantener una ebullición constante. Es importante rellenar la cazuela de forma que no se evapore del todo hasta que se terminen de cocinar los alimentos y mantener una cocción constante.
- Levantar la tapa lo menos posible. Se busca conseguir un efecto ‘sauna’ por lo que si la destapamos demasiado, el vapor se escapará.
- No añadirle demasiadas cosas. A la hora de servir este tipo de comida menos es más; con unas gotas de aceite de oliva, sal, pimienta o algunas especia bastará para conseguir un gran resultado.