De aspecto tan común, la borraja tiene muchísimo potasio, calcio, hierro y fósforo, así como vitaminas A, B1 y B2. Está considerada una verdura de temporada de lujo en países como Francia e Italia y, al ser aromática, combina muy bien con patatas, también en un buen guiso de alubias.
Borraja en múltiples formatos
Hervida, en potaje o en puré, la borraja puede ser protagonista o guarnición. En este caso, hay que tener cuidado de no dejarlas muy blandas, y simplemente condimentadas con un poco de aceite son un verdadero manjar. Se suelen utilizar como elemento principal en un plato así como guarnición, como acompañamiento.
El aspecto de la borraja puede ser poco atractivo ya que suele tener unos pelillos que incitan poco a comprarla. Pero si la planta es joven nada más hervirla esos pelillos desaparecen, por lo que se come perfectamente.
La denominación de esta verdura es “Borago officinalis”; la palabra “officinalis” indica que esta planta tiene propiedades medicinales, que tienen aplicación médica. Los antiguos griegos consideraban que al comerla propiciaba la risa, que alegraba la mente. Curiosamente, investigaciones recientes han señalado que su ingestión estimula la producción de adrenalina, por lo que contribuye a mejorar el estado de ánimo. Por eso, hace años se solía poner de comer borrajas a las personas que estaban débiles o tenían el ánimo un tanto alicaído.
De la borraja se aprovecha todo, incluso las flores. Siendo una de las propiedades de éstas, tomadas en infusión, su poder sudorífero. Por ello se suelen utilizar también como expectorantes, depurativas, diuréticas.
Al ser una verdura de temporada, la borraja suele aparecer en otoño y está muy presente en invierno
No suele ser difícil encontrarla en los mercados, al igual que en otros lugares como La Rioja, Aragón o Navarra, donde también suele ser apreciada en sus mesas. En Gipuzkoa la borraja se consume con frecuencia en la época invernal. Esta verdura ha estado presente en las mesas peninsulares desde tiempo inmemorial. Por ello está recogida su presencia en los recetarios de Rupert de Nola, Martínez Montiño…, desde el siglo XVI, que es cuando empiezan a “proliferar” los libros de recetas.
Verdura de temporada
Suele aparecer en otoño y estar muy presente en invierno. Esta verdura, que algunos consideran de poco valor a pesar de sus propiedades, podemos congelarla tras escaldarla en agua hirviendo. Si está cogida hace días y su aspecto no está terso, después de limpiarlas bien su mejor destino es el puré. También en un potaje quedan estupendamente.