Varias copas de bllody mary

El bloody mary, una receta con una sangrienta historia tras de sí [Foto: diariovasco.com]

Historia y gastronomía

Un barman inquieto y una reina cruel en el origen del famoso Bloody Mary

El Bloody Mary es uno de los cócteles más tradicionales y con un gran número de adeptos. A él se le han atribuido poderes contra la resaca, es una bebida que aparece en películas y no es raro encontrar a un compañero de viaje en avión que lo pida.

diariovasco.com | 06/07/2015 |

Lo que resulta más curioso de este combinado es su origen, una mezcla de historia y creatividad. En este caso, primero se sitúa la creatividad. El responsable de este cóctel es Fernand Petiot, un barman francés que trabajaba en el Harry’s New York Bar de la capital del Sena. Su interés por los combinados le llevó a mezclar a partes iguales zumo de tomate y vodka y ofrecerlo a sus clientes para comprobar la aceptación.

Vodka sal, limón, tabasco y pimienta negra, los ingredientes del Bloody Mary

La respuesta fue lo suficientemente aceptable para que decidiera apostar por él, pero perfeccionándolo. La ocasión le llegó algo más tarde, cuando fue nombrado jefe de bar del King Cole, situado en el Saint Regis Hotel de Nueva York. Fue entonces cuando decidió añadir al jugo rojo y al vodka sal, limón, tabasco y pimienta negra para darle un toque más salvaje y diferente.

Los clientes norteamericanos acogieron con agrado la nueva propuesta, que consideraron tan explosiva que la bautizaron como Bloody Mary. Es en este momento cuando hace acto de presencia la historia para explicar el porqué de este curioso aunque apropiado nombre para un cóctel.

La denominación hace referencia a María I Tudor, hija de Enrique VIII que se convirtió en reina de Inglaterra. Su reinado estuvo salpicado de acciones discutibles, pero por la que más se le reconoce es por haber suprimido las reformas religiosas que impulsó su padre para obtener la anulación de su matrimonio.

Quemados en la hoguera

La soberana actúo en el sentido contrario, y decidió devolver al país a la disciplina papal. Como ha ocurrido tantas veces a lo largo de la historia, las formas fueron lo más criticable, porque no se contentó con eliminar todo lo realizado por su padre, sino que fue más allá y ordenó la ejecución en la hoguera de más de 300 seguidores del protestantismo.

 Los protestantes afortunados que no vieron las llamas, indignados, le pusieron el sobrenombre de Bloody Mary, María la Sangrienta, que con el tiempo se mantuvo hasta llegar a principios del siglo XX, cuando un barman francés que vivía en Nueva York la recuperó en forma de cóctel.